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lunes, 11 de julio de 2016

Las Anamaría, guardianas del derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos en Santa Fe

Un grupo de socorristas de la capital provincial se organizó para brindar información y realizar el acompañamiento de las mujeres que quieren acceder a una interrupción legal del embarazo. En un mes atendieron 12 casos.

por Victoria Rodríguez / victoriarodriguez@uno.com.ar



Uno de los ejes de trabajo del grupo es hacer de puente con los efectores públicos.


En la Argentina un aborto no es punible cuando el embarazo es producto de una violación o cuando pone en riesgo la salud de la mujer. Con ese marco legal, Las Anamaría –socorristas por el derecho a decidir– llevan un mes acompañando a las mujeres a que puedan ejercer sus derechos en la capital provincial. Se trata de un grupo de siete socorristas que brindan información y transitan junto con esas mujeres el proceso de interrupción legal de un embarazo (ILE) en el sistema de salud público.
"No hay libertad que no sea su ejercicio", resaltan en los pequeños panfletos y stickers que armaron para difundir el número telefónico –(0342) 154465147– al que las mujeres pueden llamar para pedir información y acompañamiento frente a un embarazo no deseado. Dos de las socorristas dialogaron con Diario UNO sobre el trabajo que realizan pero pidieron reserva de sus nombres.
"Si bien en Santa Fe hay otro grupo que trabaja de una manera parecida, con la misma idea de fondo, había un espacio vacante para hacer un puente para las personas que necesitaban recurrir a un centro de salud o a un hospital para realizar una interrupción legal de su embarazo", indicó una socorrista y agregó que esa necesidad surge porque "no sabés si quien te va a atender está dispuesto a respetar ala ley o no".
En ese sentido, su compañera detalló que la idea surgió de la Multisectorial de Mujeres de Santa Fe, aunque la mayoría de Las Anamaría no forma parte de esa organización. Una de las características centrales del trabajo que realizan es que el mismo es a partir de las herramientas que existen en el sistema de salud público. "Más allá de los obstáculos que existen en Santa Fe sigue siendo más amigable que otras provincias", indicó la socorrista y agregó que "no queríamos que sea una práctica que tuviéramos que hacer por afuera del Estado". Por eso el proceso se realiza, por lo menos en parte, en efectores de salud públicos.
Las Anamaría trabajan con el Protocolo de la Nación para la realización de abortos no punibles –documento al que adhiere la provincia– que establece que, hasta las 12 semanas de gestación, la interrupción del embarazo se puede hacer de manera segura y ambulatoria con misoprostol (ya que después de esa fecha requiere una internación para realizar el procedimiento).
"Esto se puede aplicar en base a las causales que son la violación y el riesgo para la salud, entendiéndola en su sentido amplio es decir la salud biopsicosocial", detallaron y acotaron: "Cualquier embarazo no deseado a vos te genera un gran malestar en tu salud y en tu proyecto de vida. Y eso está contemplado en la causal salud".

Informarse para decidir
El grupo de socorristas comenzó a formarse en febrero pero el 9 de junio realizaron la presentación oficial y dieron a conocer el número al que pueden contactarse quienes lo necesiten. En el primer mes de trabajo acompañaron a 12 mujeres en la decisión de interrumpir una gestación. El número es importante y echa luz sobre una realidad que está tapada por la inexistencia de cifras oficiales. "Las mujeres en Santa Fe abortan y son muchas todos los días", reflexionó una de las socorristas. Y su compañera agregó: "Quedó en evidencia que era necesario construir un espacio de estas características".
—¿Cómo son las mujeres que las llaman para pedirles ayuda?
S1: —Hay distintas características. Muchas de las mujeres ya tienen hijos, otras no. Algunas están estudiando, son de distintos niveles socioeconómicos. Es muy diverso el grupo.
S2: —Muchas llegan muy desprotegidas y muy maltratadas por el sistema de salud. Y todas estuvieron de acuerdo con que las acompañemos en cada uno de los pasos para evitar comentarios que las puedan hacer sentir culpables.
S1: —Parte de nuestro acompañamiento tiene que ver con poder explicar por qué esa decisión que están tomando es responsable. De hecho, en varias de las conversaciones con las chicas nos dicen «Yo ya sé, ya tuve un hijo. Sé todo lo que viene después, toda la plata que voy a necesitar, que no voy a poder ir a trabajar por tanto tiempo». Las mujeres tienen un montón de experiencias que las llevan a decir «No, este no es el momento en el que quiero esto para mi vida». En general no vemos actitudes de indiferencia ante la situación, sino todo lo contrario es una preocupación que parte de una gran responsabilidad. Y, en ese sentido, creo que es importante que nosotras podamos llevarles la tranquilidad de que no están cometiendo un delito.
—¿Qué les dicen las mujeres que las contactan? ¿Ya están decididas a interrumpir sus embarazos?
S1:—Muchas de las mujeres nos llamando diciendo «Necesito interrumpir mi embarazo» o «necesito abortar»; y otras dicen «Tengo un problema» o «Estoy en una situación en la que no quiero estar». Algunas lo nombran como aborto y otras no. De todas maneras, para nosotras el compromiso es acompañar también a aquellas mujeres que decidan seguir adelante con su embarazo. Nosotras no somos un comando de aborto, sino que lo que tratamos de hacer es mostrarle a las mujeres todas sus posibilidades para que, en base a la información disponible, puedan decidir.
S2:—Queremos saldar ese desamparo en el que queda una mujer frente a esa noticia inesperada. Muchas veces nos llaman y aún no hablaron con nadie o solo con una persona. Entonces nosotras le planteamos que se queden tranquilas, que lo piensen y que vean cuáles son las posibilidades para que decidan.
—¿Cuál es el procedimiento cuando reciben una llamada?
S1: —Pactamos un encuentro, tratamos de que sea en un espacio público como una plaza o un bar. Queremos sacarle el manto clandestino que suele tener. Ahí tratamos de conocer la situación en general de la mujer. Cada encuentro es particular.
S2: —Luego la acompañamos a una consulta médica en un centro de salud. Solemos preguntarle a la mujer si ya se está atendiendo con algún profesional y cómo se siente pero, además, trabajamos con una red de médicos y médicas que ya sabemos que están comprometidos con hacer cumplir el derecho de las mujeres.
S1: —El acompañamiento en el centro de salud o en el hospital consiste en lograr, primero, una ecografía preaborto, una consulta para despejar dudas y la receta del misoprostol. Hay mujeres que la consiguen por otro lado, otras que ya la tenían y otras lo solicitan en el sistema de salud público. También depende de la semana en la que está.
S2: —Después hacemos un seguimiento por teléfono de la mujer que está realizando el tratamiento. La llamamos para ver si todo va bien, si tiene alguna duda. Eso hace que se sientan sostenidas y seguras. Una vez que termina el tratamiento hacemos una segunda consulta con la médica y una ecografía para ver si está todo bien.

Reivindicaciones
Las Anamaría - Socorristas por el derecho a decidir– han tomado un compromiso muy grande, tanto como la fuerza del nombre que eligieron. "Queríamos reivindicar a alguien de Santa Fe y decidimos que sea Ana María Acevedo, ya que su caso se convirtió en una bandera de lucha. Además la Multisectorial de Mujeres, que fue la impulsora de esto, fue una de las organizaciones que acompañó a la familia en el proceso de denuncia y reclamo", indicaron y agregaron que buscaron también mantener la idea del socorrismo pero hacer hincapié en el ejercicio de los derechos.
"Nuestra idea es hacernos cargo de un acompañamiento integral –cerraron–. Y eso nos permitió ver que interrumpir el embarazo es un pedacito muy chiquito de un problema más grande que tiene esa mujer, que es que no está pudiendo decidir sobre el uso de métodos anticonceptivos o que no está teniendo acceso a una atención integral de la salud o está en una situación de violencia. Nos interesa poder charlar sobre eso más amplio y sobre qué pasa de ahora en más. No se trata de emitir juicios morales sino pensando cómo hacer para que, a partir de ahí, ella pueda decidir, por ejemplo, sobre un método anticonceptivo que le sea eficiente y le sirva. Y eso está bueno que lo haga con el mismo médico que la acompañó durante ese proceso".

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