A diferencia de hechos anteriores, el Peugeot 205 no estaba en la calle sino que “dormía” en la cochera de una casa. Los quemacoches redoblan su apuesta. Foto: Flavio Raina
Redacción de El Litoral
“Estábamos durmiendo cuando de repente mi perro comenzó a ladrar con desesperación. Me desperté y cuando miro a la ventana veo un resplandor de color naranja. Enseguida me di cuenta de que el auto estaba prendido fuego”.
El relato corresponde a Luis, el propietario de un Peugeot 205, que esta madrugada se convirtió en la última víctima de los llamados “quemacoches”.
Eran cerca de las 4, cuando autores desconocidos rociaron el vehículo que se encontraba estacionado en un inmueble de Pje. Ingenieros al 5300, esto es, en barrio Escalante.
Conviene remarcar que quienes están sembrando el terror en la ciudad quemando vehículos (ya superaron largamente el centenar de episodios) parece que hay decidido redoblar su apuesta.
Decimos esto en virtud de este último episodio. El Peugeot 205 no “dormía” en la calle sino que estaba en el interior de una cochera abierta.
“Apenas observé el auto en llamas corrí a agarrar baldes con agua y la manguera. Al cabo de algunos minutos de intensa labor finalmente pude controlar el siniestro”, agregó Luis.
“La verdad que me apena mucho todo esto. Encima mañana el auto tenía que ingresar al taller por unas reparaciones”, culminó.
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