El fiscal, Gustavo Urdiales, acusará a quienes habrían sustraído las armas y demás elementos en el destacamento de la Policía Comunitaria ubicado en Salta y Juan Díaz de Solís.
Diario UNO |
La causa fue caratulada como “robo calificado por el uso de arma de fuego con la intervención de un menor de edad que agrava el delito”. En este sentido y según lo que derive la investigación, podría sumar una imputación más, la cual estaría basada en “tentativa de homicidio”. De todos modos, la investigación de la causa se inclinará en buscar si hay más personas involucradas en el hecho y si también hay prófugos.
En dialogo con Diario UNO, el fiscal interviniente, Gustavo Urdiales, fue consultado por la modalidad del robo y destacó que los imputados tenían claro su objetivo al momento de realizar el copamiento del destacamento.“Evidentemente iban a buscar armas de fuego, nadie que aborda un destacamento con fines de robo persigue otra cosa. Hoy por hoy, el armamento y el chaleco es lo más considerable en el valor de mercado, junto a los aparatos de comunicación”, sostuvo el funcionario judicial.
En cuanto a las armas sustraídas, el fiscal señaló que son seis las que fueron robadas y que figuran en el expediente de la causa. En tanto, sobre los chalecos antibalas, fueron cuatro los que los asaltantes se llevaron, al igual que los handies con frecuencia policial.
La Florida el día después del robo
“Si siguen así, les van a llevar la casilla”, de esa manera se refirió un vecino de barrio La Florida, en torno a lo sucedido el día lunes, cuando delincuentes ingresaron a la casilla de la Policía Comunitaria en la intersección de Salta y Juan Díaz de Solís, y se llevaron elementos y armas.
En un clima de incertidumbre, los vecinos se quejan por lo sucedido y además alertan que se sienten inseguros ya que, según afirmaron, la Comunitaria no patrulla por el barrio La Florida. La inquietud se debe a que los agentes se desempeñan en un sector de 50 manzanas comprendido entre las calles Salta, Lamadrid, Salvador Caputto y avenida Freyre. Por otra parte, los vecinos sostienen que de manera recurrente hay personas que circulan por el barrio y realizan “tanteos” de puertas en varios domicilios.
En este sentido, afirmaron a Diario UNO, que buscarán tener una reunión con las autoridades pertinentes para conocer por qué la fuerza comunitaria no patrulla por calle Juan Díaz de Solís, en sentido sur. Vale recordar que el destacamento que fue copado por delincuentes el pasado lunes, fue puesto en funcionamiento por el gobernador Antonio Bonfatti y el intendente José Corral el 30 de abril de este año. Tanto es así, que el destacamento se sumó a los otros seis que ya se encuentran habilitados y puestos en funcionamiento en distintos barrios de la ciudad: Barranquitas, Coronel Dorrego, Centenario, Las Flores II y Alto Verde.
La jefa de la Comunitaria dio más detalles sobre el robo
La jefa de la Policía Comunitaria de la provincia de Santa Fe, Adriana del Valle Sosa, aclaró que eran cinco los delincuentes que ingresaron al destacamento de la Policía Comunitaria el lunes pasado.
Del Valle Sosa dijo a LT10: “El personal estaba prestando normalmente el servicio cuando golpean a la casa comunitaria. Abren la puerta y eran un par de muchachos que ingresaron con fines de robo hacia el personal”. Por otra parte, indicó que fueron robadas menos de ocho armas, pero no precisó cual fue la cantidad exacta. “Se están realizando todos los procedimientos dentro de la Unidad Regional I. Y por suerte han dado resultados medianamente esperados”.
Según la funcionaria había “aproximadamente siete efectivos” dentro del destacamento al momento de producirse el ilícito. No obstante, destacó que mientras sucedía el robo en el destacamento, en el barrio trabajan alrededor de 40 efectivos de la Policía Comunitaria.
Del Valle agregó que “en ningún momento se suspendió el servicio y continuó permanentemente” en la zona donde debe patrullar.
Vale recordar que el robo sucedió con amenazas de armas de fuego que obligaron a los agentes a entregar las suyas. Varios de ellos fueron golpeados, tal fue el caso de una mujer policía. Después, los amenazaron para que todos los suboficiales se tiren al piso, les quitaron armas reglamentarias, que son pistolas calibres 9 milímetros con la carga completa de balas. Posteriormente, los asaltantes les colocaron las esposas que usan los mismos suboficiales; robaron varios chalecos balísticos o antibalas y handies con frecuencia policial, y escaparon corriendo por calle Salta hacia la avenida Mosconi hasta desaparecer.
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