A lo largo del año en el equipo del Parque Independencia, tanto Gallego y Bernardi como los directivos tomaron decisiones que al final no arrojaron los resultados esperados.
La Capital |
Si hubo algo que quedó desnudado fue la improvisación aplicada a lo largo de toda la temporada, mezclado con los egoísmos, la soberbia y el revanchismo. Un ejemplo claro estuvo dado en las elecciones de los técnicos, primero con Américo Gallego y luego con Lucas Bernardi, y cada uno tuvo su apoyo y rechazo. Los que eligieron al Tolo no contaron con todo el respaldo del resto de los directivos y viceversa. En este combo de situaciones también faltó previsiones en el rubro delantero (se quedó sin un nueve) y determinaciones sorpresivas con la aparición de futbolistas cubriendo otros lugares y no en su puesto natural.
En el primer semestre llegaron muchos nombres, pero hubo poca calidad y lo que se insinuaban como refuerzos la mayoría quedó en la nada y terminaron emigrando. Se engrosó el plantel y tampoco el Tolo aplicó la tan mentada renovación de la que hablaban los directivos. Con Bernardi al frente se puso en marcha ese aspecto, aunque en el rubro refuerzos tampoco dio en la tecla.
Y hubo imprevisiones. Porque cuando se quedó sin un nueve por la lesión de Ignacio Scocco, con la segunda etapa del campeonato ya en marcha, Newell\'s debió salir a buscar y negociar el arribo de un nombre que pudiera cubrir ese hueco ya que a mano el entrenador no contaba con nadie. Así llegó Lucas Boyé, quien con un par de entrenamientos apareció entre los titulares jugando el clásico con Rosario Central. Nada menos que el encuentro más importante de la ciudad. El hecho que haya rendido en la mayoría de los juegos hizo que no se hiciera eje en este punto, porque la realidad deja en escena la falta de valores en inferiores que hoy estén listos para saltar a primera división.
En realidad, no fueron muchos los que aparecieron en los últimos años y tuvieron continuidad hasta recibirse de jugadores profesionales.
También aparecieron algunos cubriendo lugares diferentes a los que les son habituales, como Nehuén Paz o el pibe Jalil Elías _por citar algunos_, quien debutó el lunes de lateral cuando su puesto natural es volante interno.
La lectura anticipada. En la edición del 17 de sep- tiembre de este año Eduardo Bermúdez le dijo a Ovación: "Estoy convencido de que al equipo hay que armarlo ya, no esperar a diciembre". Y esto tenía que ver con salir a buscar los refuerzos con el fin de conseguirlos a un menor costo y no lidiar con otros equipos. Ahora, dos meses más tarde, el rojinegro deberá pugnar con el resto de los clubes que también saldrán al mercado a reforzarse. La puja no será igual que si se aplicaba tiempo atrás.
En aquella ocasión el empresario y ex directivo leproso también tiró algunos tips interesantes y que se aplican a este momento: "Hay que invertir, no traer incorporaciones, sino refuerzos"; "no se pueden equivocar ahora"; "el equipo se arma con un sesenta o setenta por ciento de experiencia y el resto de juventud"; "no estamos complicados de promedio, pero hay que operar ahora para no llegar a ese momento".
Todas tareas a llevar a cabo ahora, de manera inmediata, con menos tiempo y mezclado en la selva futbolística en la que todos buscarán lo mismo. Y ahí ganará o saldrá favorecido el que tenga una cuenta con mucho saldo a favor y sin problemas judiciales.
Ahora la meta está en buscar los refuerzos
“Un central, un lateral izquierdo, un volante y un nueve, esas son en principio las prioridades para reforzar el plantel”, reconoció una fuente leprosa que sigue atentamente los movimientos en la entidad del Parque. Por supuesto que deberá alternar con jugadores de jerarquía y otros de menor costo.
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