El dirigente macrista y a la vez cerebro político del PRO, Marcos Peña, sostiene que los números de algunas encuentas, que muestran un crecimiento sostenido de Sergio massa, están inflados por le kirchnerismo.
Marcos Peña sostiene que si Macri y Massa compartían el mismo espacio, Scioli triunfaría en primera vuelta. (Foto A. Celoria)
Marcos Peña es el principal funcionario de consulta de Mauricio Macri. Por algo tiene el cargo de secretario general de la Jefatura de Gobierno porteña. A los 38 años, Peña es el jefe de la campaña presidencial de Cambiemos.
El dirigente macrista y a la vez cerebro político del PRO deja de lado los formalismos a la hora de elegir vestuario. Prefiere jean, zapatillas, camisa y suéter. Con el trajín de la campaña marcado en el rostro, le dice a LaCapital que Mauricio Macri ingresará al ballottage y que los números de algunas encuestas que muestran un crecimiento sostenido de Sergio Massa están inflados por el kirchnerismo.
—¿Hay un cambio de estrategia de parte de Cambiemos después de un amesetamiento, otros dicen caída, de Macri?
—Para nosotros empieza la etapa final y tenemos preparada una presencia fuerte, porque ahora se definen los votos de los indecisos. Después del 9 de agosto hasta hoy no hubo cambio de nada, la gente se desconectó de las campañas, las miró desde lejos. Estamos entusiasmados y pensando en la segunda vuelta.
—Pero hay un fenómeno de instalación de Massa, acompañado por algunas encuestas, que lo muestran cerca de Macri...
—No es que todo cambia o que nada cambia, hay etapas distintas en las campañas. Este tiempo tuvimos menos presencia porque trabajamos más en la consolidación política en el interior. Hoy estamos con una presencia muy fuerte en todos los aspectos. Hoy, el único candidato opositor que tiene chances de llegar al ballottage es Macri, está en el ballottage. Y en la segunda vuelta la mayoría, el 60 por ciento quiere un cambio. La única alternativa real al kirchnerismo es Macri, es Cambiemos.
—¿Le sobra un candidato a la oposición para poder ganarle al kirchnerismo?
—Es un sistema de tres vueltas, muy particular. Y lo mejor que se pudo haber hecho es lo que se hizo. Si hubiese un sólo candidato alternativo al kirchnerismo, Scioli estaría en el 45 por ciento y hubiera ganado en primera vuelta. Ese rejunte con Massa no hubiera ayudado, ese rejunte en política no suma. Además, la cantidad de dirigentes que se pasaron desde el Frente Renovador al kirchnerismo habla de que ese espacio no tenía un valor común sobre la necesidad de un cambio.
— O sea que su opinión va contra la creencia de muchos respecto de que una primaria entre Macri y Massa hubiera logrado instalar al próximo presidente.
—Hubiera resuelto la cuestión para Scioli.
—¿Y entonces por qué, si ustedes aluden a la Tercera Vía, y no quisieron competir en primarias con Massa, ahora peronizan el discurso y los gestos? Ejemplo: el monumento a Perón.
—La Tercera Vía que reivindicamos no habla de eliminar a los otros, sino que lo complemente. Somos muy respetuosos de las tradiciones políticas. Pero hay muchos argentinos que quieren una representación política distinta. El vínculo con el radicalismo y el respeto a la tradición peronista tienen que ver con una cultura política distinta. Ni éramos antiperonistas antes ni ahora somos peronistas por inaugurar un monumento a Perón.
—¿Cuáles son los distritos clave para que Macri ingrese al ballottage?
—En el centro del país, en general, es donde más argentinos expresan que quieren un cambio. Creemos que ahí la política se ordenará y los votos no se van a dispersar. Esta elección es cambio o continuidad. Al final, mucha gente usará el voto de forma útil y activa.
—A usted y Durán Barba se los ubica como los ejes políticos del PRO que impulsaron y lograron mantener el "purismo amarillo", como contraposición a algo más abarcativo y con mayor vocación de poder...
—Es una ficción. El PRO fue diverso desde sus orígenes, siempre fue la unión de gente que venía de la política con otros que nunca habían hecho política. Con un mismo objetivo: llegar al poder para transformar la realidad. Somos un partido con vocación de mayorías, no un partido testimonial. Es una locura plantear que hubo vocación de "pureza". Cambiemos es un frente en el que la mayoría de los candidatos viene de otros partidos, y cuando ganemos la elección vamos a convocar a todos. Lo que pasa es que en el medio algunos querían que rompamos con nuestra identidad.
—¿El debate tuvo algún señuelo significativo para Macri?
—Más institucional y simbólico que otra cosa. En términos de la ausencia de Scioli, fue la confirmación de la creciente kirchnerización, que ya ni siquiera oculta. No tiene interés en hacer eje en la diferenciación. La actitud de no debatir es una señal en sí misma.
—¿El kirchnerismo está intentando levantar a Massa en las encuestas?
—El kirchnerismo intenta retener el poder de cualquier modo, sabiendo que no va a tener más votos que los que obtuvo en las Paso. Entonces, nos ataca a nosotros, tratando de levantar a Massa y cambiando todo el tiempo de estrategia. Ni siquiera sé si el kirchnerismo tiene una estrategia determinada.
—Usted sostuvo en una entrevista que el kirchnerismo es tan nocivo como el antikirchnerismo. ¿Por qué?
—El antikirchnerismo cerril, el que utiliza la lógica amigo-enemigo. La política argentina hoy necesita una lógica de unidad más que de división. El fanatismo es malo en cualquiera de los casos.
—¿Y esa visión no pudo haber contribuido al amesetamiento de Macri tras las primarias?
—No comparto lo que usted dice sobre amesetamiento, los números reales no indican eso. Hay mucha operación que confunde. No es fácil construir una mayoría en medio de un país fragmentado. Pero la coherencia, la consistencia del PRO, de Macri, de Cambiemos es indiscutible. entiendo que legítimamente haya gente a la que le gustaría que gritásemos más, que denunciáramos más, pero vinimos a la política a ser propositivos, a concentrarnos más en las soluciones que en los problemas. Por eso hoy más del 30 por ciento de la sociedad está eligiendo a Macri, que no viene de los partidos tradicionales y no tiene trayectoria política desde hace mucho tiempo. Y Macri va a ser el próximo presidente.
—¿Cómo está el escenario en provincia de Buenos Aires?
—María Eugenia Vidal está muy bien, por arriba de Aníbal Fernández. Eso muestra un cambio profundo, no hay dos personas más antagónicas en valores, formas de ver la vida que Aníbal y María Eugenia. Pero es Aníbal, Zannini y Scioli, no se puede disociar, por algo están todos juntos en la misma boleta. Habrá una sorpresa muy mala para el peronismo, no sólo a nivel provincial.
—¿Qué sensación le quedó sobre las elecciones en Santa Fe?
—Fue muy particular, dejó muchos aprendizajes. Al margen de la sensación amarga de haber estado tan cerca, es muy destacable lo que se logró. El crecimiento y la consolidación del PRO en Santa Fe es una historia de éxito y con el tiempo vamos a lograr el gobierno. Estamos representando a una porción muy grande de ciudadanos de la provincia. Es muy destacable el laburo que hicieron Del Sel, Anita, Angelini. Todos remando contra grandes estructuras políticas.
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