Una chica dice no recordar lo que sucedió entre la tarde del sábado y la madrugada del domingo. Afirma que la drogaron y la golpearon, pero no presenta signos de abusos sexual.
Foto ilustrativa costanera Concordia. (Foto diario Río Uruguay)
Una chica de Concordia asegura que el fin de semana, cuando iba a tomar el colectivo para ir a trabajar, en plena vía pública, percibió un pinchazo en la espalda. A los pocos pasos perdió la conciencia y se despertó una hora después, en una parte baja de la costanera local. Aunque sin secuelas que puedan inferir un abuso sexual, la mujer aseguró que fue drogada y golpeada. No sospecha de nadie, no tiene enemigos ni litigios recientes.
La denunciante señaló que todo sucedió el sábado a las 18 horas. “Estaba esperando el colectivo en cortada Medina, entre avenida Tavella y Concejal Veiga, cuando siento que se me acerca un auto de atrás. No le di importancia porque era una calle, creyendo que era un auto más que iba a cruzar. Ahí siento un pinchazo en la espalda. Miré de reojo, me toqué y no tenía nada”, sostuvo a diario Río Uruguay.
Pensando que era algo que tenía la ropa o una picadura de avispa, la denunciante siguió caminando. “Habré hecho unos diez pasos más, se me nubló la vista, quedé mareada y ahí perdí el conocimiento. Desde ahí no tengo recuerdo”, detalló.
Cuando la mujer recobró la conciencia se encontraba sobre la parte baja de la costanera, a orillas del río, en un sector arbolado y con poca luz. Estaba recostada sobre un muro, cuando intentó pararse sintió que se le aflojaban las piernas. “Sentía dolor en la parte del abdomen, la espala, las piernas y la cabeza. Cuando quise incorporarme, me mareé. Me tuve que sentar y empecé a descomponerme y a vomitar. Ahí a habré estado media hora sentada, desorientada”.
En un momento dado entró en pánico y cuando logró ubicarse en que sector de la ciudad estaba, se fue caminando hasta el centro concordiense para poder tomar un colectivo o remís que la lleve hasta su casa. Finalmente llegó a su hogar a la 1 de la madrugada del domingo.
Consultada acerca de si su círculo familiar la estaba buscando, Gabriela recordó que sí, dado que habían sido alertados por su empleadora. “Como yo salí de mi casa a trabajar, ellos saben que hasta las 2 de la madrugada estoy trabajando. Pero en mi trabajo fueron los primeros que se dieron cuenta porque yo soy muy puntual y cumplidora. Mi patrona se asombró porque había pasado una hora y yo no había llegado. Entonces llamó a mi casa preguntando por mí. Claro, en mi casa sabían que yo había salido para mi trabajo; ahí todos empezaron a desesperarse”, detalló.
Ya en el final del inexplicable relato, Gabriela afirmó que no tiene problemas con nadie y no sospecha de alguien en particular. “Eso es lo más raro. Yo hice la denuncia pero lo que yo recuerdo es que vi el auto; pero no puedo afirmar que me metieron dentro. Lo que vi es que era gris y voces de dos personas distintas”, finalizó.
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