Cuando hay convivencia, las parejas suelen dejar a un lado su vida sexual, ya sea por la rutina o por las muchas preocupaciones del día a día, pero si a esto le sumas las cosas de la casa, es muy probable que nunca más vuelvan a ver sus genitales.
Si uno termina cansado por hacer todas las cosas de la casa pues es obvio que no querrá actividad sexual, solo su cama. Por eso, lo más equitativo es que se repartan las labores para que puedan tener tiempo para los dos.
Según un estudio hecho por la universidad de Whashington, Estados Unidos, la cantidad de encuentros sexuales depende mucho del reparto de las tareas domésticas.
Luego de encuestar y hacer seguimiento a 4 mil 500 parejas se hallaron que mantenían un reparto equitativo de las labores del hogar y podían tener al menos 5 encuentros sexuales al mes, contrario de esas parejas que una de ellas tenían más carga en las manos.
“Cuando las mujeres hacen la comida, hacen las compras y limpian la casa, mientras los hombres mantienen el jardín, revisan la mecánica del coche y se encargan de las tareas de electricidad y fontanería, la frecuencia con la que se practica el sexo es mayor”, dice Julie Brines, autora del estudio, en la revista American Sociological Review.
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