La organización civil Patrimonium trabaja para lograr la declaración del territorio y la misión franciscana en América como patrimonio de la humanidad.
Agenciafe/El Litoral |
El 9 de julio de 1612 se conformó en América Latina la primera provincia franciscana, que abarcaba el actual territorio del sur de Bolivia, Paraguay, Uruguay y la Argentina. Tras 400 años de presencia en gran parte del territorio sudamericano, la asociación civil Fundación Patrimonium busca sentar las bases de una gestión orientada a lograr la declaración de la Unesco que incluya a dicha provincia en el listado del patrimonio histórico de la humanidad.
Nora Dilda, directora ejecutiva de la organización, está al frente de la misión que se encuentra ultimando los convenios marco y específicos para efectivizar la presentación. El objetivo es revalorizar la herencia franciscana en esta amplia región, su impronta de protección del medio ambiente y fomentar el turismo religioso. La Dra. Dilda brindó detalles del proyecto que incluye a la ciudad de Santa Fe como uno de los lugares donde los frailes misioneros dejaron importante huella.
—¿Cuáles son los fundamentos básicos del proyecto para el logro de la posterior declaración?
—Lo primero que debemos destacar es que la provincia franciscana abarca hoy el mismo contexto geográfico que hace cuatro siglos. Comprende todo el territorio argentino y parte del paraguayo. El camino de los franciscanos se inicia en Asunción del Paraguay, adonde arribó un grupo de cinco misioneros. Dos de ellos, Armenta y Lebrón, fueron los de mayor trascendencia ya que les había sido confiada la protección y defensa de los aborígenes. Incluso, Armenta denunció al rey el mal trato que recibían los aborígenes, y juntos tradujeron al guaraní el catecismo. Ese camino continúa por Corrientes, Santa Fe y Buenos Aires. Es necesario destacar la fusión euroamericana en la arquitectura, por ejemplo, de Santa Fe. Construían con limo, con la supervisión de los frailes. En el sur, el colegio San Carlos Borromeo, fue la primera escuela pública en la época independentista.
—¿Con qué aval cuenta la iniciativa hasta el momento?
—Se lo presentamos a monseñor Arancedo, como representante del Episcopado Argentino, quien sigue con mucho interés la gestión desde la titularidad de la Arquidiócesis de Santa Fe. Realizamos, además, la solicitud de acompañamiento del Paraguay. Por otro lado, firmamos un convenio con el Ministerio de Innovación y Cultura de la provincia de Santa Fe y con el gobierno de Buenos Aires. Dentro de los objetivos que nos proponemos está el de realizar un ciclo de charlas, conferencias y talleres para el público en general, sobre la importancia del cuidado del medio ambiente, el sentido ético que conlleva; también, para valorizar hechos históricos que ocurrieron como la Asamblea Constituyente, aquí en Santa Fe, de la que participó fray Mamerto Esquiú.
—¿Qué aspecto destacaría de la misión franciscana en América?
—Sin dudas, el valor que le otorgaron al medio ambiente, el buen trato que tuvieron con los nativos y el modo en que lograron insertarse en una cultura que les era ajena. Por eso, materialmente el objetivo primordial del trabajo apunta a poner en valor los conventos y lugares que componen el itinerario franciscano a fin de dar a conocer esas cuestiones. Además, mediante préstamos temporarios, queremos hacer un traslado de piezas de museos franciscanos de otras partes del mundo y así resaltar la presencia de la orden franciscana en estas tierras.
Nora Dilda, directora ejecutiva de la organización, está al frente de la misión que se encuentra ultimando los convenios marco y específicos para efectivizar la presentación. El objetivo es revalorizar la herencia franciscana en esta amplia región, su impronta de protección del medio ambiente y fomentar el turismo religioso. La Dra. Dilda brindó detalles del proyecto que incluye a la ciudad de Santa Fe como uno de los lugares donde los frailes misioneros dejaron importante huella.
—¿Cuáles son los fundamentos básicos del proyecto para el logro de la posterior declaración?
—Lo primero que debemos destacar es que la provincia franciscana abarca hoy el mismo contexto geográfico que hace cuatro siglos. Comprende todo el territorio argentino y parte del paraguayo. El camino de los franciscanos se inicia en Asunción del Paraguay, adonde arribó un grupo de cinco misioneros. Dos de ellos, Armenta y Lebrón, fueron los de mayor trascendencia ya que les había sido confiada la protección y defensa de los aborígenes. Incluso, Armenta denunció al rey el mal trato que recibían los aborígenes, y juntos tradujeron al guaraní el catecismo. Ese camino continúa por Corrientes, Santa Fe y Buenos Aires. Es necesario destacar la fusión euroamericana en la arquitectura, por ejemplo, de Santa Fe. Construían con limo, con la supervisión de los frailes. En el sur, el colegio San Carlos Borromeo, fue la primera escuela pública en la época independentista.
—¿Con qué aval cuenta la iniciativa hasta el momento?
—Se lo presentamos a monseñor Arancedo, como representante del Episcopado Argentino, quien sigue con mucho interés la gestión desde la titularidad de la Arquidiócesis de Santa Fe. Realizamos, además, la solicitud de acompañamiento del Paraguay. Por otro lado, firmamos un convenio con el Ministerio de Innovación y Cultura de la provincia de Santa Fe y con el gobierno de Buenos Aires. Dentro de los objetivos que nos proponemos está el de realizar un ciclo de charlas, conferencias y talleres para el público en general, sobre la importancia del cuidado del medio ambiente, el sentido ético que conlleva; también, para valorizar hechos históricos que ocurrieron como la Asamblea Constituyente, aquí en Santa Fe, de la que participó fray Mamerto Esquiú.
—¿Qué aspecto destacaría de la misión franciscana en América?
—Sin dudas, el valor que le otorgaron al medio ambiente, el buen trato que tuvieron con los nativos y el modo en que lograron insertarse en una cultura que les era ajena. Por eso, materialmente el objetivo primordial del trabajo apunta a poner en valor los conventos y lugares que componen el itinerario franciscano a fin de dar a conocer esas cuestiones. Además, mediante préstamos temporarios, queremos hacer un traslado de piezas de museos franciscanos de otras partes del mundo y así resaltar la presencia de la orden franciscana en estas tierras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario