La realidad del barrio Villa Libertad, fiel a sus orígenes y raíces, contrasta visiblemente con la de sus vecinos de “más al norte”, residentes de la zona de countries, complejos habitacionales privados y clubes de campo.
Diego Almada, hijo de Fortunato Martín Almada y Juana Ceballos, hace ocho años que es el presidente de la Asociación Vecinal Villa Libertad, entidad representativa de un barrio de raíces muy humildes y modestas, situado en el cuadrante noroeste del distrito Santo Tomé. Su padre, ya fallecido, fundó esta entidad junto a otros miembros de una comisión en 1971 —el 17 de septiembre de ese año para ser más precisos— y su madre fue repetidas veces integrante de comisiones directivas de la institución. Es decir, a la hora de hablar de esta jurisdicción —que en principio era una zona prácticamente rural y “puro” campo—, Diego y su núcleo familiar son de los principales referentes.
“En la vecinal antes había copa de leche y comedor, pero ahora ya no funcionan más, ni hay talleres barriales como supo haber, esa es la realidad”, explicó Diego. “La entidad ahora ofrece su sede social para cumpleaños, fiestas y demás, porque la actividad principal que pasó a cumplir es la de brindar el salón para eventos”, acotó. De igual modo, como vecinal sigue reclamando cosas para este sector, como los arreglos que hacen falta en la plaza 12 de Octubre, entre los que puede mencionarse el de la iluminación.
Respecto a la actualidad de Villa Libertad, en palabras del vecinalista, lo que se puede decir es que en materia de seguridad es una zona bastante tranquila desde hace un tiempo, tres o cuatro años; lo único malo que puede remarcarse es lo que pasó con el dispensario recientemente, si no, casi no hay atracos o robos. Es que algunas semanas atrás quisieron entrar a robar pero no pudieron, aunque sí causaron algunos daños.
Menos caos cuando llueve
“Ahora, durante los días de lluvias no hay anegamientos, pero porque con la reciente obra del mejorado pétreo cambió rotundamente la situación del barrio”, expresó Diego. Y agregó: “El mejorado se consiguió porque nosotros enviamos una carta al intendente Fabián Palo Oliver pidiéndole una audiencia y explicándole lo que pasaba; allí le pusimos, además, que hacía como quince años que no se arreglaban las calles. Fue entonces que se hizo una reunión en la vecinal con los funcionarios de la Municipalidad, en la que los vecinos, bastante enojados, reclamaron las obras que estaban haciendo falta”.
El vecinalista contó que finalmente se produjo el mejorado. Los trabajos abarcaron toda la zona de la vecinal, desde calle Pueyrredón hacia toda la jurisdicción. Las únicas calles que no se hicieron corresponden al trayecto donde pasa el colectivo, porque ya estaban hechas.
No obstante ello, añadió, hay vecinos que están muy enojados con la vecinal porque no se le da una solución para algunos problemas puntuales. “Muchos nos remarcan que cuando pasó la obra del gas natural los dejaron afuera y lo mismo con el agua corriente; es cierto, el gas cubre hasta calle Monasterio y en cuanto al agua, existen tres cuadras de esa misma arteria que nunca tuvieron el servicios”, dijo. En lo que se refiere a cloacas, es toda la jurisdicción la que no tiene dicha mejora.
El dato
Dónde queda
La asociación vecinal Villa Libertad tiene sede en José Cibils 4057, donde cuenta con modestas instalaciones y un salón de usos múltiples. Sus límites jurisdiccionales son las vías del Ferrocarril Mitre, al sur; calle República de Chile, al norte; calle General Mosconi al este y la autopista Santa Fe-Rosario al oeste. Por lo general, la referencia barrial del lado oeste es la calle Pueyrredón, la misma que, algunas cuadras más hacia el sur, pasa frente al Cementerio Municipal. A la subcomisaría Nº 15 le corresponde patrullar esta zona.
Más allá de sus límites territoriales, los puntos referenciales del barrio Villa Libertad se encuentran prácticamente todos juntos, en un radio de tres o cuatro cuadras. Ellos son: el tanque de agua potable -ubicado en la esquina de Santa Fe y Fidela Valdés Frutos-, la plazoleta 12 de Octubre, el Centro Asistencial Alicia Moreau de Justo, el club Fénix, la parroquia Nuestra Señora del Huerto y la sede social de la asociación vecinal Villa Libertad.
"Hace 45 años que estoy en el barrio. Cuando vinimos acá habremos sido cinco o seis familias, no más; no había calles, ni luz, nada de nada. Era todo campo; al principio existía una pista de carreras, pero después empezó el loteo y vino a vivir más gente, por lo que los mismos vecinos empezaron a organizarse”.
"El servicio de colectivos de este barrio, que antes hacía la vieja L Bis, ahora lo cumple la empresa Continental C Azul. No tiene buenas frecuencias y en ese sentido es muy malo, ya que hay veces que la gente espera más de una hora en la plaza grande (Libertad) para poder viajar hasta acá”
Juana Ceballos,
vecina.
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