DIARIO UNO
Desde las 7.40 quedó rehabilitada la circulación peatonal y vehicular por Salta al 2100, tras un proceso de refacción de la calle, en el que trabajaron conjuntamente los gobiernos provincial y municipal, que acompañó la demolición de las torres siniestradas. Cuatro líneas de colectivos vuelven a transitar por esa arteria, tras casi seis meses de inhabilitación como consecuencia de la devastadora explosión provocada por una fuga de gas el 6 de agosto pasado.
Veinte minutos antes de lo programado, con la presencia del titular de la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana del municipio rosarino, Pablo Seghezzo, se retiraron las vallas y tras el paso del taxi licencia RA 0888 la emblemática cuadra del macrocentro, punto de una de la mayores tragedias históricas de Rosario, comenzó a retomar lo que se pretende sea una vida totalmente normal.
"Estamos cumpliendo con lo que nos pidieron el gobernador Antonio Bonfatti y la intendenta Mónica Fein desde el primer día: devolver las condiciones de habitabilidad a la zona afectada por la explosión (que provocó la muerte de 22 personas). Ajustamos los tiempos todo lo posible para que los vecinos, comerciantes y la ciudadanía en general puedan retornar a su barrio, a su situación de normalidad previa al desastre", indicó anteayer a La Capital Gustavo Leone, secretario de Estado del Hábitat provincial.
El funcionario detalló que la demolición y posterior limpieza del terreno de Salta 2141 concluyeron. Respecto de la refacción de las propiedades vecinas explicó que "ya se entregaron 137 inmuebles y sólo quedan 30 unidades pertenecientes a Salta 2159, 2161 y 2125".
"En esas unidades, que fueron las últimas porque era necesario terminar con la demolición antes de encarar todas las reparaciones, se continuará trabajando puertas adentro, por lo cual el tránsito en la calle será normal", agregó Leone.
Según detallaron en la Casa Gris, se llevan invertidos hasta el momento 8,5 millones de pesos entre la demolición de las torres siniestradas y la refacción de los demás inmuebles.
En el primer rubro ya se pagaron 4 millones de pesos (aún resta abonar la última parte del trabajo), mientras que en el segundo efectivizaron 4,5 millones.
"Hay que aclarar que, si bien el presupuesto para la demolición era de 9 millones de pesos, el trabajo demandará un desembolso menor, inferior a los 6 millones. Al trabajar por un sistema de costo y costas, sólo se paga lo que se certifica. Y, gracias a un esfuerzo que realizó tanto la empresa como la provincia, se logró reducir el costo total sin afectar ningún aspecto del trabajo", afirmó Leone.
Ya se entregaron a sus residentes 123 viviendas y 14 locales. A esos inmuebles les repararon puertas, ventanas, cortinas y mampostería y les devolvieron luz y agua potable, con el fin de recuperar las condiciones de habitabilidad.
Al respecto, ocho empresas (Fega, Dinale, Duamark, Brajkovic, Dyscon, Pecam, Adobe y Epreco) participaron de todo el proceso de reconstrucción.
Se empleó un total de 85 operarios, con un promedio de 226 horas de labor cada uno. Es decir: unas 20 mil horas hombre en total.
Asimismo, los números posteriores a las tragedia reflejan que se reemplazaron 840 ventanas (de distintos tamaños), 124 puertas y 140 cortinas.
"Desde el primer día los equipos de los gobiernos provincial y municipal estuvieron junto a las personas afectadas, e intervinieron todos los niveles posibles. Se brindó contención psicológica, alojamiento para los que no tenían donde pasar la noche y subsidios, al tiempo que encaramos un proceso de refacción de los inmuebles perjudicados", finalizó Leone.
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