DIARIO UNO
ALLANAMIENTO. EL 4 DE JUNIO ÚLTIMO A RAMÍREZ LO BUSCARON EN SU CASA DE RUEDA AL 1800 E INCAUTARON SU FORD FOCUS.
Esta mañana la policía seguía tras los pasos de Juan Domingo Argentino Ramírez, el delincuente a quien habían intentado detener seis veces desde fines de mayo pasado. Tenía pedido de captura por cometer al menos un homicidio resonante en la puerta de un búnker de la zona sur y por ejercer el control en varios puntos de venta de droga que se adjudican a la Banda de los Monos. Por un rastreo personal y telefónico en la Unidad Regional II manejaban que se estaba escondiendo en Santa Silvina, en el sur del Chaco, pero que en estos días había llegado a Rosario. Dos brigadas de cinco hombres de la División Judicial sabían que el martes a la noche iría a visitar a su padre en el barrio de la Carne y allí lo esperaron hasta que lo vieron llegar a las 21 a la vivienda de Roma al 675 bis. Tras una breve persecución por los techos de las casas lo controlaron, le colocaron esposas y lo trasladaron detenido a la Jefatura.
Sin embargo, ayer las 7 de la mañana desde la División Judicial reportaron a los puestos de guardia de la Jefatura que Ramírez, de 39 años, no estaba allí. ¿Cómo era posible? En la dependencia solamente estaban con él una oficial de guardia y el sargento que lo vigilaba. Este consignó al ser interrogado que Ramírez, un hombre de físico voluminoso, había conseguido zafarse de la esposas. Le descargó una trompada a su custodio y atropelló la puerta de la oficina. Escapó del predio sin que lo detectaran.
Las esposas que el fugitivo dejó tiradas en la oficina fueron enviadas a pericia. "El empleado al que se le escapó integraba la misma brigada que lo había apresado con mucha dificultad nueve horas antes. Lo que se dijo es que se zafaron los dientes de las esposas provocando la falla del mecanismo del cerrojo. Habrá que determinarlo", dijo una alta fuente de la Unidad Regional II. Por el incidente se abrió un sumario y un juez correccional intervino para determinar si la fuga fue un accidente, una negligencia o algo más grave.
La situación sacudió una vez más a la División Judicial, dependencia que trabaja desde el principio en la llamada causa de Los Monos, pero que viene golpeada por la demora de tres de sus policías que llegaron hace diez días al country bonaerense donde vivía el asesinado Luis Medina sin conocimiento en Tribunales, lo que le valió la sospecha explícita de la jueza Alejandra Rodenas.
El perfil
Ramírez era un blanco codiciado de la investigación en la que el juez Juan Carlos Vienna persigue a una asociación ilícita conectada con delitos de violencia extrema ligados a economías criminales. Es un hombre de 1,75 metro de estatura y casi cien kilos de peso que le dan una fisonomía más robusta que la que se advierte en la foto. Las escuchas telefónicas lo ubican como un encargado de búnkers de la familia Cantero: uno en la zona de la parada Molino Blanco en la calle 525; al menos dos en Coronel Aguirre de Villa Gobernador Gálvez y otro en la calle Chacabuco al 4000 donde tenía domicilio.
Los búnkers
Fuentes policiales y judiciales reportan que Ramírez tenía a su cargo el control de mercadería, venta y manejo del dinero de los puestos de droga de zona sudeste de los Cantero. Y le adjudican haber matado de un balazo en la cara a corta distancia a Luciano Cáceres, un chico de 16 años asesinado en el búnker de pasaje 525 al 400 (Ayacucho al 6500) el 28 de abril pasado. Las escuchas telefónicas, según fuentes de la causa, colocan a Ramírez como un sicario del grupo que cumple órdenes del también prófugo Ramón "Monchi Cantero" Machuca.
A diez días del asesinato de Claudio "Pájaro" Cantero hubo una secuencia de seis allanamientos para localizar a Ramírez. Uno de los más sonados se realizó el día 4 de junio a la noche en Rueda 1881, en la zona del Hospital Vilela, una vivienda confortable con tienda al frente en la que el buscado vivía con Celeste, su esposa, ajena a la causa. En esa casa fueron secuestrados cuatro vehículos: un Ford Focus 2011, patente JRL 082, y tres motos: una Yamaha 125 IBR, una Honda CBX 250 blanca y una Honda Tornado negra 250.
Prematuro
"Se evadió una persona que estaba detenida y alojada provisoriamente en el espacio del edificio que ocupa la División Judiciales. Por una lamentable situación que se está tratando de establecer logró zafarse de la custodia que tenía, agredió al personal que estaba cuidándolo y logró ganar el exterior del edificio y posteriormente el exterior del predio de Jefatura", señaló Mariel Arévalo, jefa de la sección Seguridad Personal.
"Como siempre se hace con un detenido —añadió— se designa un personal de custodia y lamentablemente el evadido logró zafar de las medidas de seguridad tras agredir al personal. Está trabajando personal técnico de policía científica. Las responsabilidades van a ser evaluadas por el juzgado interviniente. Hay dos efectivos que son los que estaban en cercanía del evadido. Sería prematuro contestar sobre la mecánica porque se está realizando la investigación en este momento".
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