Diario Uno
IMAGEN ILUSTRATIVA.
Bernardo Stamateas
Lic. en Psicología . especial para Ser Un@
Nadie forma pareja para separarse, eso está claro, la familia forma un ideal, un proyecto y obviamente ese proyecto apunta a lo que apuntamos todos los seres humanos, Ser Felices...!!!
Ahora, ¿qué pasa cuando eso no funciona...? Entonces viene la separación, viene el duelo que hay que hacer por ese ideal, y muchas parejas logran transformar ese duelo, hacer ese duelo, pasar por esa etapa donde llegan a la conclusión que los dos no funcionaron, porque como decimos siempre: “El tango se baila de a dos...”.
No hay culpables ni inocentes, sino que cada uno hace algo que retroalimenta la conducta del otro. Ahora, cuando la pareja pierde ese ideal, ese proyecto que tenía, se entra en un estado de duelo afectivo porque siempre que hay una pérdida tiene que haber un duelo.
Antes de una separación física hay un divorcio emocional previo, nadie se separa de un día para el otro, físicamente hablando, sino que antes hubo un proceso de distanciamiento, de pérdida del amor romántico, o de rutinización, de peleas, etcétera, que hicieron que la pareja se vaya separando hasta lograr la separación completa.
Cuando la persona se separa comienza a experimentar determinadas conductas como, por ejemplo, volver a recordar el pasado: “acá nos dimos el primer beso”, “acá vivimos tal experiencia”, y ese retroceso al pasado, es como cuando uno está manejando y mira por el espejo retrovisor. Dicen que uno avanza mirando hacia atrás, entonces la persona empieza a querer construir un nuevo mañana pero sin olvidar ese pasado, cuando miramos hacia el pasado y recuperamos las cosas buenas que vivimos en la pareja y también las cosas malas, entonces dejamos de divinizar al ex o de satanizar.
En general la separación es impulsada por las mujeres, pero los primeros que forman pareja son los hombres y en general con alguien mucho menor.
¿Quién soy yo sin mi pareja...?
Durante 5, 10, 20 años una pareja se ha mantenido unida en piloto automático… Entonces cuando llega la separación la persona comienza a recuperar cuantas cosas quedaron en el pasado, olvidadas, encajonadas…
Este nuevo despertar lo lleva a “ensayar” quién es sin su pareja, y por otro lado aparece esa ambivalencia de sentirse culpable y no al mismo tiempo.
Los divorcios y las separaciones tienen que ser positivas, el ideal es de común acuerdo, con los menos abogados posibles en el medio, especialmente cuando hay niños en la pareja, sobre todo si son pequeños, para evitar que ellos queden atrapados o triangulados en medio de sus dos padres…
Se debe cuidar bien a los hijos y animarlos a que respeten a ambos papás. Una persona se separa como pareja, pero nunca se divorcia como papá, la paternidad es eterna y tenemos que cuidarla, porque los hijos necesitan a sus dos padres.
Cuando una persona se separa es necesario que aprenda de los errores, no echarse culpas y tener presente en las áreas en donde funcionaron bien y las malas para no volver a repetirlas.
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