Esas verduras tienen un valor de entre 30 y 60 pesos por kilo en las góndolas. La marucha o una bondiola de cerdo cuesta entre 40 y 50 pesos. En 20 días se normalizaría el mercado de vegetales.
Si bien la carne vacuna y la de cerdo vienen acompañando la suba de precios general, desde hace unos días los santafesinos se sorprendieron con los valores que alcanzaron algunas verduras en la góndola. Hoy consumir algunas verduras como tomates (36 pesos el kilo), pimientos rojos (50 pesos) o zapallitos (20 pesos) demanda casi la misma inversión que si se decide hacer un asado.
Si bien la estacionalidad es un factor que todos los años está presente en el precio de las frutas y hortalizas, este año hubo otros elementos que también jugaron un rol preponderante.Según el director del Mercado de Productores y Abastecedores de Santa Fe, Carlos Otrino, este año “fue un poco atípico porque además de la cuestión estacional se dieron algunos factores como una fuerte sequía y heladas
sobre el final del invierno que afectaron una zona productiva muy importante como Salta”.
sobre el final del invierno que afectaron una zona productiva muy importante como Salta”.
Al ser consultado sobre cuáles fueron las verduras que más afectadas fueron, Otrino dijo: “El tomate,los pimientos rojos que es una variedad que se consume mucho, las chauchas, berenjenas y zapallitos.Pero hay alternativas que permiten reemplazar esas verduras por otras.
Hoy está a muy buen precio la zanahoria, algunas verduras de hoja y la papa, (a pesar de que puede estar un 20 por ciento más de lo esperado por falta de producto). Pero hay opciones como la calabaza que pueden sustituir a otros artículos. Hoy quien come una ensalada de lechuga y tomate, o una tarta de zapallitos y no se mueve hacia una acelga o espinaca, va a tener que pagar un poco más que los precios habituales”.
Actualmente, muchas personas compran en los supermercados y se dejan llevar por el color, por el gusto y muchas veces no se fijan cuáles son las verduras de estación y qué es lo que está en precio.
“Nosotros –agregó– siempre creemos y es un argumento que tenemos que empezar a instalarlo en la ciudad, que quien expende la verdura se tiene que convertir en un recomendador, en una persona que sugiera qué es lo que está accesible en cada estación del año. Si una persona quiere comer tomate cuando está caro, puede ser una cuestión de gusto, de deseo o de necesidad a la que no nos podemos oponer. Pero hay que hacerle saber que hay otras cosas y quien se lo tiene que dar a conocer es el verdulero. Antes, el verdulero del barrio le decía a sus clientes «hoy no lleve esto que está caro, llévese aquello»”.
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