Rosa Berón, quien dormía en la habitación contigua a la de María Laura Cabrera, relató lo sucedido en Alto Verde. Hablaron también los padres de la víctima.
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“Las dos estábamos durmiendo. Yo estaba en otra piecita con mi nena y me despertó un estruendo. Así como estaba, descalza, levanté a mi hija y salí corriendo de la pieza. Al lado, está la habitación donde dormía María Laura. Cuando miré, lo vi a él (el adolescente acusado por el crimen) con el arma en la mano y a ella, con un disparo en la cabeza. Él me alcanzó a decir: «Llamá una ambulancia», pero yo salí corriendo. Me fui a la casa del padre de María Laura, a avisarle lo que había pasado”, el testimonio, en primera persona, pertenece a Rosa Berón, la amiga de María Laura y la única otra persona que dormía en esa vivienda la noche del crimen.
La joven recordó que el hecho fue poco después de las 3.30, y que esa noche se habían acostado temprano porque a la mañana siguiente ella tenía que ir a trabajar.
“Las versiones que decían que nosotras habíamos salido, o que había habido una fiesta en mi casa, son todas mentiras. Comimos nosotras tres nomás, y nos acostamos temprano. No entiendo lo que pasó. María Laura nunca me había dicho nada respecto de que este chico la amenazara, ni nada por el estilo”, aclaró la joven.
Ya no respiraba
Rosa acompañó a los padres de María Laura, Guillermo y Carina, a las oficinas de la Subsecretaría de la Niñez de la provincia. Fueron a pedir información y respuestas sobre por qué el asesino de la adolescente está libre.
Rosa acompañó a los padres de María Laura, Guillermo y Carina, a las oficinas de la Subsecretaría de la Niñez de la provincia. Fueron a pedir información y respuestas sobre por qué el asesino de la adolescente está libre.
“Nos dijeron que ellos están investigando y que en esta semana nos iban a dar alguna respuesta. Nosotros queremos justicia para María Laura y que su asesino esté preso. Nos dicen que está amparado por la ley, porque es menor, yo eso no lo puedo entender”, dijo Guillermo, profundamente dolido.
El hombre contó que apenas se enteró de lo que había pasado, corrió hasta la casa donde estaba María Laura. “Cuando llegué me encuentro a mi hija tirada en la cama con un tiro en la cabeza. La alce y la llevé unos 60 metros hasta la esquina para que alguien me ayude, con la esperanza de que respire o algo, pero ya no estaba conmigo. Fue un tiro que la mató ahí nomás. La llevamos al dispensario, le hicieron auxilio pero no pudieron hacer nada. El sábado a la noche, después de que nos entregaron el cuerpo y mientras la estábamos velando, tiraban tiros al aire, le pegaban a los árboles, y el toldo de la galería donde la estábamos velando. Yo llamé a la policía, pegaron una vuelta y se fueron enseguida”, recordó Guillermo.
— ¿Su hija alguna vez le comentó que el chico la hubiera amenazado?
—Nunca me dijo nada. Yo sabía que eran amigos, no sé si era el novio. Sabíamos que se juntaban, pero eso no importa, me la mató. Yo quiero que él pague por lo que hizo. No es imputable, bueno pero que se vaya a una granja. Los vecinos le quemaron la casa por lo indignados que estaban. Yo no pienso hacer nada, porque nada de eso me va a devolver a mi hija. Ni quemándole 10 casas me la van a devolver. Ahora me piden paciencia. Me dijeron que espere, pero yo no puedo quedarme de brazos cruzados esperando que las cosas pasen solas. Yo igual voy a insistir. Porque lo que él hizo, una persona normal no lo hace y lo puede volver a hacer. Mi hija tenía 14 años. Con nosotros no se comunicó nadie. Ahora nos hablaron porque vinimos nosotros y porque salimos en los medios, sino nadie nos dice nada sobre lo que está pasando”, concluyó Guillermo.
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