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miércoles, 28 de agosto de 2013

ROSARIO: Más de 30 psicólogos de la UNR asisten a damnificados del estallido

Lo hacen de manera voluntaria y el grupo que conformaron funcionará hasta fin de año para atender en la posemergencia.
.La Capital | 
Más de 30 psicólogos de la UNR asisten a damnificados del estallido
 Empezaron a brindar asistencia días después de que el edificio de Salta 2141 explotara. Son psicólogos voluntarios de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) que comenzaron siendo cuatro, ya suman más de 30 y ahora decidieron seguir brindando asistencia hasta fin de año, enfocados fundamentalmente en la comunidad universitaria, pero evacuando también las consultas de quienes se acerquen al centro de salud que la UNR tiene en Urquiza 2906. "El objetivo es sostener las consultas más allá del momento de la emergencia, en esta segunda etapa donde hay que volver a la vida cotidiana, reconstruir los vínculos y los espacios que en muchos casos ya no están", señaló Andrea Espinosa, coordinadora de lo que llaman Espacio de Contención y Asesoramiento de la UNR, que incluye además asesoramiento legal y ayuda en trámites vinculados a la casa de estudio.
El grupo, desde el inicio conformado por voluntarios, comenzó a brindar contención psicológica en el marco de la emergencia y allí sumó sus primeros integrantes. Sin embargo, desde entonces no dejaron de acercarse tanto profesionales como estudiantes para aportar en la asistencia psicológica que se brinda, de lunes a viernes, de 8 a 19, en el centro de salud de la Universidad.
"Sigue acercándose gente con ganas de sumar y ya son unos 30 los profesionales que integran el espacio", indicó Espinosa, que detalló que "en muchos casos son profesionales jóvenes que quieren dar su ayuda y aportes, además de hacer su experiencia en este tipo de situaciones, al igual que estudiantes que participan colaborando, escuchando y aprendiendo".
Los destinatarios principales son los integrantes de la comunidad universitaria, entre quienes la explosión del 6 de agosto pasado dejó cuatro estudiantes y una docente fallecidos, además de alumnos, docentes y no docentes heridos, o bien con sus viviendas afectadas.
Abarcativo. "La atención psicológica está pensada para la comunidad de la UNR; sin embargo, cualquier duda, consulta o demanda que se presente de cualquier persona de la comunidad en general será derivada a los espacios correspondientes para que sea atendida", detalló la coordinadora.
Lo cierto es que a más de tres semanas del hecho, la decisión es seguir trabajando y brindando atención, por lo menos hasta fin de año.
"En general, estos dispositivos se piensan en la emergencia y son de corta finalización, pero la comunidad universitaria está bastante afectada, es el momento de volver a la vida cotidiana, a los vínculos y a los espacios, que en muchos casos no están", detalló Espinosa.
Marisa Palacios tiene 51 años, una década como psicóloga y fue una de las que se acercó al grupo. "La verdad es que en el momento no pensás en si tenés experiencia o no, simplemente surge la necesidad de acercarse y movilizarse para hacer algo por el otro, la escucha o un abrazo en la desesperación y la incertidumbre", explicó la mujer.
A partir de la pregunta "¿Qué puedo hacer?" fue que Marisa se acercó al espacio de la UNR, donde colabora sumándose a las guardias que se realizan en el centro de salud. Y sin restar importancia ni valor a todos los tipos de asistencias y ayudas organizadas en las últimas semanas, también se permitió reflexionar sobre la solidaridad a la que tantas referencias se viene haciendo.
"A veces la solidaridad debiera ser para con todos y no sólo para lo grandilocuente o las grandes catástrofes, porque hace pocos días se incendiaron tres casillas en barrio Ludueña y no estallaron las redes sociales pidiendo y ofreciendo ayuda. ¿Quién puede decir quién necesita más o menos? Esas familias también se quedaron sin nada y eso también me interpela sobre si somos tan solidarios como decimos, y si en la vida cotidiana hacemos uso y abuso de esa solidaridad que decimos tener", opinó.
En lo particular del trabajo realizado durante las últimas semanas, la profesional destacó fuertemente que "la necesidad de seguir trabajando en protocolos para atender emergencias de estas características, y la necesidad que aparece en la gente de pasado el shock, elaborar lo impensado que sucedió y lo que cuesta volver a la vida cotidiana".

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