Los vecinos de la joven y la niña que fueron asesinados a golpes con una maza atacaron la casa donde vive el presunto autor del crimen. Tiraron abajo la puerta, sacaron sus pertenencias a la calle y les prendieron fuego.
Al grito de "hay que marcarlo, hay que sacarlo de acá", los exaltados comenzron a tirar pidras contra el frente de la vivienda que estaba custodiada por agentes policiales que, pese a intentar llevar calma, no pudieron contener la situación.
La pueblada se suscitó el domingo a la mañana cuando una brigada policial fue a buscar al sospechoso a su casa. Los familiares y vecinos querían lincharlo, sin éxito, gracias a la protección que le brindaron los efectivos de la Guardia de Infantería.
Las víctimas fueron identificadas como Laura Marisol López, de 27 años, y su hija Mía Laura, de 4, ambas fueron asesinadas en la vivienda humilde ubicada en pasaje 1851 al 6.600. Los cadáveres fueron hallados por la niñera que llegó al lugar cuando los atacantes escapaban.
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