El fiscal Esteban Gaggiamo solicitará la revisión de la decisión judicial que declaró inconstitucional la aplicación del Reglamento de Ordenamiento Urbano en calle Güemes al 3100.
Para arriba. Hay sectores del barrio
en donde la construcción en altura está permitida, como en Ituzaingó. En
otros, sólo se autorizan 3 niveles. - Foto:Guillermo Di Salvatore
Tras
conocerse el fallo judicial que declaró inconstitucional la aplicación
del Reglamento de Ordenamiento Urbano en un sector de calle Güemes de
barrio Candioti Sur, el fiscal municipal Esteban Gaggiamo prepara la
apelación. Lo que incentivó el cruce judicial por parte de un grupo de
vecinos contra la Municipalidad es el proyecto de construcción de dos
torres en calle Güemes al 3100 conforme a lo que establece el
reglamento, lo que Para los demandantes perjudica la fisonomía típica
del barrio.
Si bien aún no está terminada la apelación, ya que el municipio fue notificado ayer sobre la existencia del fallo, esta mañana el fiscal Gaggiamo y el secretario de Planeamiento Urbano, Eduardo Navarro, adelantaron a El Litoral los argumentos que presentará el municipio Para solicitar que la cámara revise la sentencia.
En tal sentido, el apoderado legal de la Municipalidad señaló que lo que se busca “es reivindicar el rol que tiene el Concejo en el diseño de las normas que regulan la convivencia en la ciudad de Santa Fe, en este caso las reglas Para edificar”. Gaggiamo señaló que “la gravedad de la decisión está dada porque el juez Dávila ordena aplicar una norma (la ordenanza N° 11.613) que fue derogada expresamente por el Concejo en 2010”.
Sobre la inconstitucionalidad de la aplicación del Reglamento de Ordenamiento que dictó la Justicia en ese sector del barrio debido a la falta de estudios de impacto ambiental y de preservación de patrimonio histórico, el fiscal retrucó argumentando que “no es exigible el estudio Para la sanción de una ley, en este caso local, si Para la aprobación de una obra”. A su vez, reforzó el fundamento diciendo que “Para tal declaración debe indicarse que se está violentando otra norma superior y en este caso, no se identifica una norma violentada”.
Finalmente, Gaggiamo remarcó que “en caso de declararse inconstitucional lo que indica el reglamento, cada vecino estaría habilitado Para hacer lo que quiera”.
Con límites
Con la prolongación del conflicto con los vecinos del barrio, el que no ocultó su malestar es el secretario de Planeamiento Urbano, Eduardo Navarro. Tal es así que Para calificar la actitud de los demandantes y sentar postura afirmó que “Candioti Sur no es un santuario donde no se puede hacer tal cosa o tal otra, sino que está sometido a las reglas de juego generales de la ciudad”.
Sobre las características particulares de ese sector de la ciudad, Navarro comentó que se desarrolló a principio del siglo pasado a la sombra de la infraestructura ferroviaria. “Tuvo una dinámica interna propia segregada de lo que era el casco central de la ciudad. Posteriormente se incorporó por su conectividad como paso, por ejemplo con el barrio Roma, pero la lógica de crecimiento de Candioti es la misma que tiene el resto de Santa Fe”, insistió.
El funcionario defendió la aprobación por parte del Concejo del Reglamento de Ordenamiento Urbano cuando afirmó que fue “una estrategia debatida y consensuada por distintos sectores”. “El Ejecutivo se hace cargo de las políticas urbanísticas que genera, Candioti no es un barrio cerrado sino que está sujeto a las reglas de juego de la ciudad”, dijo Navarro.
Según Navarro, de las 2.700 parcelas disponibles que tiene Candioti Sur se liberó la altura (de 18 a 30 metros) en sólo 600 sobre los corredores, como calle Ituzaingó. El permiso de edificación en el resto del barrio, está sujeto a 9 metros (3 plantas) y eso “no es alta densidad”.
Si bien aún no está terminada la apelación, ya que el municipio fue notificado ayer sobre la existencia del fallo, esta mañana el fiscal Gaggiamo y el secretario de Planeamiento Urbano, Eduardo Navarro, adelantaron a El Litoral los argumentos que presentará el municipio Para solicitar que la cámara revise la sentencia.
En tal sentido, el apoderado legal de la Municipalidad señaló que lo que se busca “es reivindicar el rol que tiene el Concejo en el diseño de las normas que regulan la convivencia en la ciudad de Santa Fe, en este caso las reglas Para edificar”. Gaggiamo señaló que “la gravedad de la decisión está dada porque el juez Dávila ordena aplicar una norma (la ordenanza N° 11.613) que fue derogada expresamente por el Concejo en 2010”.
Sobre la inconstitucionalidad de la aplicación del Reglamento de Ordenamiento que dictó la Justicia en ese sector del barrio debido a la falta de estudios de impacto ambiental y de preservación de patrimonio histórico, el fiscal retrucó argumentando que “no es exigible el estudio Para la sanción de una ley, en este caso local, si Para la aprobación de una obra”. A su vez, reforzó el fundamento diciendo que “Para tal declaración debe indicarse que se está violentando otra norma superior y en este caso, no se identifica una norma violentada”.
Finalmente, Gaggiamo remarcó que “en caso de declararse inconstitucional lo que indica el reglamento, cada vecino estaría habilitado Para hacer lo que quiera”.
Con límites
Con la prolongación del conflicto con los vecinos del barrio, el que no ocultó su malestar es el secretario de Planeamiento Urbano, Eduardo Navarro. Tal es así que Para calificar la actitud de los demandantes y sentar postura afirmó que “Candioti Sur no es un santuario donde no se puede hacer tal cosa o tal otra, sino que está sometido a las reglas de juego generales de la ciudad”.
Sobre las características particulares de ese sector de la ciudad, Navarro comentó que se desarrolló a principio del siglo pasado a la sombra de la infraestructura ferroviaria. “Tuvo una dinámica interna propia segregada de lo que era el casco central de la ciudad. Posteriormente se incorporó por su conectividad como paso, por ejemplo con el barrio Roma, pero la lógica de crecimiento de Candioti es la misma que tiene el resto de Santa Fe”, insistió.
El funcionario defendió la aprobación por parte del Concejo del Reglamento de Ordenamiento Urbano cuando afirmó que fue “una estrategia debatida y consensuada por distintos sectores”. “El Ejecutivo se hace cargo de las políticas urbanísticas que genera, Candioti no es un barrio cerrado sino que está sujeto a las reglas de juego de la ciudad”, dijo Navarro.
Según Navarro, de las 2.700 parcelas disponibles que tiene Candioti Sur se liberó la altura (de 18 a 30 metros) en sólo 600 sobre los corredores, como calle Ituzaingó. El permiso de edificación en el resto del barrio, está sujeto a 9 metros (3 plantas) y eso “no es alta densidad”.
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