Brasil está "ciando" mosquitos transgénicos para combatir la enfermedad. Los insectos son liberados en las zonas donde el aedes aegypti es endémico
Autoridades sanitarias de Brasil
inauguraron ayer la ampliación de una planta para producir a gran escala
un mosquito genéticamente modificado para erradicar el insecto
transmisor del dengue.
La planta, que opera en la ciudad de Juazeiro, en el
norte del estado de Bahia, pretende desarrollar semanalmente cuatro
millones de mosquitos machos de la variedad aedes aegypti, transmisor
del dengue, cuyos genes sufren una modificación gracias a una compleja
ingeniería genética.
Una vez lanzados estos mosquitos sobre poblaciones
afectadas por la enfermedad, y al cruzarse con las hembras, nace una
variedad que muere en su fase de larva, con lo cual no se propagará el
mal.
La planta venía trabajando los últimos meses en una
fase inicial con una producción de 500.000 mosquitos machos por semana,
según la Secretaría de Salud del estado de Bahia.
"Esta es la mayor fábrica productora de aedes
transgénico del mundo y el ministerio va a acompañar el trabajo de campo
y la capacidad de impacto que tendrá para llevar a otras ciudades esta
herramienta en el combate al dengue", declaró el ministro de Salud,
Alexandre Padilha, al inaugurar las nuevas instalaciones de la planta.
No obstante, aclaró que otras acciones de combate a
la enfermedad no deben ser descartadas, como la medidas de vigilancia
sanitaria para evitar las acumulaciones de agua en casas y lugares
públicos que ayudan a frenar la reproducción del mosquito.
La instalación tuvo un costo de 800.000 dólares y fue
financiada por el gobierno del estado del Bahia en una alianza con la
empresa pública Moscamed. La versión genéticamente modificada del
mosquito fue desarrollado por científicos de la Universidad de San
Pablo.
El dengue es una enfermedad contagiosa transmitida
por la picada de un mosquito aedes aegypti infectado y causa síntomas
como fiebre, dolor de cabeza, dolor de cuerpo y coyunturas, sangrado,
vómito y manchas rojas por el cuerpo. En su variedad hemorrágica puede
llegar a ser mortal.
El mal afecta a unas 100 millones de personas por
año, especialmente en las regiones tropicales, siendo que Brasil es uno
de los que presenta mayor incidencia, con alrededor de 200.000 casos por
año.
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