Sergio Schoklender, el ex apoderado de la Fundación Madres de Plaza de
Mayo que está preso desde hace 40 días, declaró hoy ante el juez federal
Norberto Oyarbide que la titular de la agrupación, Hebe de Bonafini,
usó fondos de esa entidad para pagarle bienes y viajes a su hija,
también imputada.
Según informaron a DyN allegados a la
causa, Schoklender declaró que Hebe ‘daba las directivas‘, que la
agrupación estaba ‘bajo su mando‘ y que en ese marco le compró con plata
de la Fundación un auto y una casa en La Plata a su hija, Alejandra
Bonafini, y pagó viajes al Caribe que habrían usado ambas.
Schoklender volverá a declarar la semana venidera y su abogado tendrá
una audiencia con la Cámara Federal para solicitar la excarcelación de
su defendido.
Mientras, su hermano Pablo Schoklender y el
contador Alejandro Gotkin, también imputados en este expediente, fueron
excarcelados, pero aun siguen tras las rejas mientras se revisan las
multimillonarias fianzas impuestas por Oyarbide.
Esta fue la
tercera vez que Sergio Schoklender se presentó ante el juez Norberto
Oyarbide, que lo acusa de ser el jefe de una asociación ilícita que
desvió a cuentas personales fondos públicos de las Madres destinados a
la construcción de viviendas sociales.
La primera vez, el 15
de mayo, debía iniciar la ronda de indagatorias, pero el ex condenado
por parricidio guardó silencio al enterarse que quedaba preso; la
segunda vez fue el 30 de mayo cuando dijo que Hebe tomaba las decisiones
en la Fundación y que los fondos que el Estado les daba no eran
públicos sino privados una vez que ingresaban a la entidad. Hoy, el ex
apoderado de la Fundación habló durante cinco horas para fijar su
defensa, diciendo -entre otras cosas- que no podía aplicársele la figura
de ‘defraudación al Estado‘ sino que, a lo sumo, podía haber existido
incumplimiento de contratos de obra pública.
Asistido por el
defensor oficial Martín Hermida, Schoklender dio precisiones técnicas
de su función en torno a la construcción de viviendas y explicó que el
Estado les daba los fondos una vez que las viviendas estaban terminadas,
es decir, cuando se entregaba un certificado de finalización de obra.
Sostuvo que el Estado demoraba los pagos y que lo primero que hacían con
los fondos era abonar los sueldos y a los proveedores para no frenar
las obras.
En ese sentido, Schoklender reconoció que no
hacía los aportes de cargas sociales de los empleados (una de las
imputaciones en su contra) por la demora en los cobros del Estado y
hasta señaló que presentó amparos en la Justicia para reclamar por esa
situación. También reconoció que cambiaba los cheques del Estado en
financieras para obtener liquidez y poder hacer frente a los pagos, los
que cubría también con préstamos.
Además, Schoklender
ratificó que la Fundación estaba ‘bajo el mando‘ de Hebe de Bonafini y
que, por ello, la dirigente tomaba las decisiones, entre las cuales
estuvo el pago de viajes al Caribe con su hija, un hecho que se puede
constatar con los registros de la entidad, añadió.
Alejandra
Bonafini está imputada en la causa como una integrante de la asociación
ilícita que investiga Oyarbide pero cuando fue a declarar le echó la
culpa de todos los desmanejos a Sergio Schoklender. Este, por su parte,
calificó a Alejandra Bonafini de ‘mendaz‘ por haber dicho que él le
vendió a una amiga de ella un auto robado y que llevaba una vida
ostentosa.
El apoderado de la entidad ingresó a las 12 al
juzgado de Oyarbide y se retiró a las 17:30 vestido totalmente de negro
con buzo, pantalón y zapatillas deportivas y esposado y custodiado por
un agente del Servicio Penitenciario Federal. Pero al llegar al ascensor
que lo llevaría a la Alcaidía de Comodoro Py fue corrido por los
pasillos por un empleado del juzgado para advertirle que se había
olvidado de firmar una hoja de la indagatoria, por lo que debió volver.
Los empleados del juzgado habían fijado una hora tope de exposición,
hasta las 17 y lo convocaron nuevamente para el próximo 5 de julio para
que siguiera hablando.
En la causa hay más de 30 personas
citadas a indagatoria, quienes son consideradas por la Justicia como el
núcleo más cercano al desvío de fondos, entre ellos empleados de las
empresas a través de la cuales se habría hecho el desvío, como Meldorek,
y financistas que habría participado de la maniobra cambiando cheques
de la entidad.
Hoy debía declarar Daniel Laurenti,
presidente de la financiera Monetización, que entre enero y junio de
2011 canjeó 87 cheques de Madres por más de 7 millones de pesos, pero
ese tramite fue suspendido.
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