Harán una manifestación hoy a
las 13 frente a Casa de Gobierno. Así lo confirmó Lorena, la mamá de la
joven abusada. “Mi hija vive una pesadilla que no se termina, que den la
cara los responsables”, exigió.
“Mi hija vive una pesadilla que no se termina, quiero que los
responsables políticos den la cara. Nosotros confiamos en la policía y
ellos lo dejaron libre. Es una vergüenza, no tengo palabras para
describir la desprotección que sentimos como familia y como
santafesinos”, expresó Lorena, la mamá de la joven abusada en la
peatonal, tras conocer la noticia de la fuga de J.M.M., el único
detenido por el caso.
En repudio de la gravísima falla policial y judicial, a las 13 los familiares de la víctima realizarán una manifestación en Plaza de Mayo, frente a Casa de Gobierno. Y volvieron a pedir la participación de todos los santafesinos. “En la ciudad hay un monstruo que está suelto”, enfatizó Lorena, la mamá de la joven.
Al borde de las lágrimas “por la impotencia que siento”, aclaró, la mujer contó que cuando recibieron la noticia de parte de periodistas en la mañana del domingo, no lo podían creer. “Mi hija se descompuso y entró en un estado de shock y crisis. Y mi mamá, que es hipertensa, tuvo un pico de presión que casi la mata. Cuando fuimos a la subcomisaría 3ª (de donde se escapó el detenido) nos trataron como delincuentes. ¿Cómo se atreven? No tenían respuestas para darnos. No tenían forma de justificar la fuga. ¿Cómo a cuatro policías se les escapa un detenido? Es una locura”, sostuvo.
“Sacan lo peor de nosotros”
“La desesperación que sentimos fue tan profunda que a la siesta (del domingo), fuimos hasta la casa de los familiares del degenerado y les rompimos los vidrios. Se sumaron todos los vecinos, absolutamente indignados al enterarse lo que había pasado. Nosotros siempre actuamos en forma pacífica. Todas las marchas fueron con ese tenor. Agradecimos que hubieran actuado rápido para detenerlo. Pero nos damos cuenta de que nos tomaron el pelo. Lo detuvieron y lo dejaron libre. Entonces, si actuar en forma pacífica no sirve, ¿qué tenemos que hacer? Si la policía no nos cuida, ¿a quién tenemos que ir a pedirle ayuda? Sacan lo peor de nosotros. Cuando Corti (el ministro de Seguridad, Leandro) me llamó por teléfono y me dijo que iban a mandar policías para que custodien mi casa, le dije que no quería saber nada con ellos. No quiero policías cerca, no puedo confiar en ellos. Entonces, ahora tengo a las Tropas de Operaciones Especiales en la puerta de mi casa y mi hija no puede salir a ningún lado. Los que quedamos presos ahora somos nosotros”, concluyó.
Piedras, palos y vidrios rotos
La noticia de la fuga del acusado de violación tuvo efecto de onda expansiva. Y la indignación llegó hasta el corazón de barrio Nueva Pompeya, donde la casa de la madre del imputado fue blanco de destrozos. El domingo, entre las 14 y las 14.30, un chalet de calle Risso al 3.600, fue atacado a piedrazos. Le rompieron vidrios de aberturas del frente y lograron abrir el portón de un garaje, donde la familia guardaba un antiguo Torino rojo, al que también le destruyeron el parabrisas.
La casa pertenece a la madre del imputado. En el lugar, también estaba el padre del muchacho, quien vive en la ciudad de Tostado pero había llegado a Santa Fe para visitar a unos familiares.
El murmullo de los vecinos indicaba que quienes provocaron los destrozos, creían que el prófugo había ido a ese domicilio a refugiarse. Pero se equivocaron, el acusado de violación no estaba allí. Al cierre de esta edición, continuaba prófugo.
En definitiva, la fe en el sistema que la víctima y sus familiares intentaban construir, se derrumbó en un par de horas. “Como mínimo, hay una falta a los deberes que deben ser cumplidos, y la complicidad policial en la fuga deberá ser investigada”, expresó ayer José Mohamad, abogado querellante de la familia de la víctima.
En repudio de la gravísima falla policial y judicial, a las 13 los familiares de la víctima realizarán una manifestación en Plaza de Mayo, frente a Casa de Gobierno. Y volvieron a pedir la participación de todos los santafesinos. “En la ciudad hay un monstruo que está suelto”, enfatizó Lorena, la mamá de la joven.
Al borde de las lágrimas “por la impotencia que siento”, aclaró, la mujer contó que cuando recibieron la noticia de parte de periodistas en la mañana del domingo, no lo podían creer. “Mi hija se descompuso y entró en un estado de shock y crisis. Y mi mamá, que es hipertensa, tuvo un pico de presión que casi la mata. Cuando fuimos a la subcomisaría 3ª (de donde se escapó el detenido) nos trataron como delincuentes. ¿Cómo se atreven? No tenían respuestas para darnos. No tenían forma de justificar la fuga. ¿Cómo a cuatro policías se les escapa un detenido? Es una locura”, sostuvo.
“Sacan lo peor de nosotros”
“La desesperación que sentimos fue tan profunda que a la siesta (del domingo), fuimos hasta la casa de los familiares del degenerado y les rompimos los vidrios. Se sumaron todos los vecinos, absolutamente indignados al enterarse lo que había pasado. Nosotros siempre actuamos en forma pacífica. Todas las marchas fueron con ese tenor. Agradecimos que hubieran actuado rápido para detenerlo. Pero nos damos cuenta de que nos tomaron el pelo. Lo detuvieron y lo dejaron libre. Entonces, si actuar en forma pacífica no sirve, ¿qué tenemos que hacer? Si la policía no nos cuida, ¿a quién tenemos que ir a pedirle ayuda? Sacan lo peor de nosotros. Cuando Corti (el ministro de Seguridad, Leandro) me llamó por teléfono y me dijo que iban a mandar policías para que custodien mi casa, le dije que no quería saber nada con ellos. No quiero policías cerca, no puedo confiar en ellos. Entonces, ahora tengo a las Tropas de Operaciones Especiales en la puerta de mi casa y mi hija no puede salir a ningún lado. Los que quedamos presos ahora somos nosotros”, concluyó.
Piedras, palos y vidrios rotos
La noticia de la fuga del acusado de violación tuvo efecto de onda expansiva. Y la indignación llegó hasta el corazón de barrio Nueva Pompeya, donde la casa de la madre del imputado fue blanco de destrozos. El domingo, entre las 14 y las 14.30, un chalet de calle Risso al 3.600, fue atacado a piedrazos. Le rompieron vidrios de aberturas del frente y lograron abrir el portón de un garaje, donde la familia guardaba un antiguo Torino rojo, al que también le destruyeron el parabrisas.
La casa pertenece a la madre del imputado. En el lugar, también estaba el padre del muchacho, quien vive en la ciudad de Tostado pero había llegado a Santa Fe para visitar a unos familiares.
El murmullo de los vecinos indicaba que quienes provocaron los destrozos, creían que el prófugo había ido a ese domicilio a refugiarse. Pero se equivocaron, el acusado de violación no estaba allí. Al cierre de esta edición, continuaba prófugo.
En definitiva, la fe en el sistema que la víctima y sus familiares intentaban construir, se derrumbó en un par de horas. “Como mínimo, hay una falta a los deberes que deben ser cumplidos, y la complicidad policial en la fuga deberá ser investigada”, expresó ayer José Mohamad, abogado querellante de la familia de la víctima.
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