Reemplazará a los boletos de
cartón de 2, 6 y 40 viajes. Se mantendrá el pago con monedas a $ 3,25.
Para las autoridades, el balance de la primera etapa de utilización de
la tarjeta inteligente en los ómnibus rosarinos es “muy bueno”. Ahora el
desafío es ampliar su distribución.
A cinco meses de su lanzamiento, dos de
cada diez viajes en colectivo se abonan mediante la tarjeta
inteligente. Pese a las dificultades relacionadas con su distribución,
ya que hasta hace unas semanas los plásticos se podían comprar y
recargar en muy pocos puestos, ya están circulando unas 125 mil tarjetas
y se cancelaron más de 7 millones de pasajes. Hace 15 días, el
municipio salió a reforzar los puntos de venta: con la incorporación de
minimarkets, telecentros y quioscos, ahora hay 170 locales habilitados
para su comercialización. El objetivo es que a fines de julio próximo a
nueva forma de pago reemplace totalmente a las de cartón.
Cuando se presentó la tarjeta sin
contacto, a mediados de noviembre pasado, las autoridades de la
Secretaría de Servicios Públicos municipal indicaron que los plásticos
naranja convivirían con las tarjetas magnéticas durante seis meses. El
plazo se cumplirá a fin de mes, aunque se decidió posponer la medida.
"Vamos a esperar hasta las vacaciones
de invierno para migrar totalmente a la modalidad del nuevo sistema",
indicó Mónica Alvarado, la titular del organismo que tiene como objetivo
gestionar estratégicamente el transporte urbano de la ciudad. La idea
es aprovechar esos meses para realizar una campaña de difusión y
distribución más masiva de las nuevas tarjetas para que el cambio no
encuentre desprevenido a ningún pasajero.
Las tarjetas inteligentes son rígidas,
no tienen vencimiento y pueden recargarse cuantas veces sea necesario.
Las canceladoras descuentan siempre el valor ordinario del boleto
(actualmente 2,70 pesos), pero si se realizan cargas con importes
mayores a 15,60 se otorga una bonificación que hace que el costo del
boleto sea menor.
Además, los plásticos se pueden
personalizar para no perder el valor de la carga en caso de robo o
extravío. Eso sí, cuando se adquieren por primera vez tienen un costo de
8 pesos.
A fines de julio, ya que el receso
invernal se extenderá del 16 al 27 de ese mes, la nueva modalidad de
pago suplantará a las tarjetas de cartón. Habrá que subir al colectivo
con los plásticos naranja o con monedas y abonar el precio del boleto
ocasional actualmente a 3,25 pesos.
En alza. Si bien el
uso de la tarjeta sin contacto aún no es masivo, el secretario de
Servicios Públicos municipal, Pablo Seghezzo, señaló que la demanda de
los plásticos está en ascenso. "Nuestra evaluación de la primera etapa
del sistema es muy buena. La tarjeta sin contacto es una tecnología
innovadora, que todavía no cumplió seis meses de vida en la ciudad y con
la que ya se abonaron 7.200.300 viajes desde su implementación",
sostuvo.
De acuerdo a datos de la repartición,
actualmente hay en funcionamiento unos 125 mil plásticos y el 21 por
ciento de los pasajes de colectivos ya se abonan con esa modalidad.
Las cargas más utilizadas son las de 20
y 40 pesos, representando el 40 por ciento y el 20 por ciento del total
de las cargas, respectivamente.
Más puestos. En las
últimas semanas, los esfuerzos se concentraron en expandir la red de
puestos de recarga de la tarjeta sin contacto. Por eso, unos 120 locales
recibieron el posnet que habilita las operaciones (ver aparte).
Alvarado destacó que "ya son 171 los
lugares para que los usuarios del transporte urbano compren y carguen
las tarjetas". El listado de los puestos se puede consultar en la página
del Ente del Transporte de Rosario (www.etr.gov.ar). Y si bien la
mayoría de los puestos se encuentra en el área central, ya empiezan a
superar el límite de los bulevares.
Los nuevos puntos de expendio se
sumaron a las cabinas de venta de tarjeta magnética, distribuidas por
toda la ciudad, y a las sucursales del Banco Municipal de Rosario, que
fueron los primeros lugares donde se comercializaron y cargaron los
dispositivos.
En esta segunda etapa se sumaron 121 comercios y las autoridades prevén que se siga ampliando la distribución.
Según prometió el titular de Servicios Públicos, "antes de fin de año se proyecta llegar a los 600 puestos de carga".
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