Cada año, la Municipalidad de
Rosario gasta cuatro millones de pesos en reponer y mantener el
mobiliario urbano de la ciudad que resulta dañado producto de
situaciones de vandalismo. Contenedores plásticos y metálicos de
residuos, refugios del transporte, semáforos, luminarias y equipamiento
de parques y plazas son los rubros más afectados.
Cada año, la Municipalidad de Rosario gasta cuatro millones de pesos
en reponer y mantener el mobiliario urbano de la ciudad que resulta
dañado producto de situaciones de vandalismo. Contenedores plásticos y
metálicos de residuos, refugios del transporte, semáforos, luminarias y
equipamiento de parques y plazas son los rubros más afectados. El
municipio apuesta a la disuasión que puedan generar las cámaras de
videovigilancia para reducir estas situaciones. Por caso, en dos
espacios públicos donde se instalaron estos soportes, los destrozos
disminuyeron al mínimo.
Reducción. El subsecretario de Prevención y Seguridad Ciudadana, Luis Baita, destacó que la instalación de videocámaras de seguridad logró reducir "significativamente" la cantidad de actos de vandalismo sobre el mobiliario urbano en muchas zonas de Rosario. En ese sentido, mencionó dos espacios públicos emblemáticos. "El lugar donde más se redujeron estas situaciones fue la plaza Pringles. La cámara que está ubicada en la esquina de Paraguay y Córdoba fue clave para evitar daños sobre los contenedores y actuar en tiempo real cuando se afecta el mobiliario de la plaza. También pudieron corregirse faltas de tránsito, como estacionamiento indebido o prohibido", remarcó.
Otro sitio clave donde las cámaras ayudaron a bajar la conflictividad fue las adyacencias del Cemar, el Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias de Rosario que funciona en San Luis y Moreno. "Allí, antes de instalar las cámaras teníamos muchas denuncias de daños a la propiedad, pintadas, arrebatos. El funcionamiento del dispositivo fue clave para reducir al mínimo estas contravenciones", remarcó Baita.
El funcionario aludió además a lo ocurrido en el entorno de la estación de ómnibus, donde "los actos de vandalismo descendieron notablemente no sólo al interior de la estación, sino también en gran parte de la zona".
Baita mencionó que "la cámara se coloca para cumplir varios objetivos, desde fiscalizar el tránsito hasta detectar arrebatos, vandalismo y situaciones conflictivas. Lo más importante es que suministran información en tiempo real y el municipio, al tener sus móviles con GPS, puede llegar rápido al lugar y actuar. Pero además, la cámara actúa como elemento disuasorio ante la sociedad".
El secretario de Servicios Públicos,
Pablo Seghezzo, reconoció que los hechos vandálicos son numerosos, pero
aclaró que la cantidad de situaciones registradas en los últimos años no
aumentó de manera significativa. "Más bien se ha mantenido estable en
los últimos años; se trata de una problemática que afecta a las grandes
ciudades", apuntó.
Al respecto, el municipio citó cifras
de partidas destinadas para reparar los daños registrados en otras
localidades. Tras la comparación, Rosario queda mejor posicionada en la
materia. De acuerdo a registros periodísticos, la ciudad de Buenos Aires
gasta anualmente más de 12 millones de pesos en arreglos por
vandalismo, mientras que La Plata, solamente para reparar los daños en
sus parques y plazas, gasta más de la mitad del presupuesto que usa
Rosario en todas sus áreas de servicios públicos. Y Montevideo, una
ciudad de similares características a Rosario, destina más de 6 millones
de dólares por año en reparaciones por estos hechos.
En detalle. La
Dirección General de Higiene Urbana informó que anualmente se hace una
reposición promedio del 10 por ciento de los contenedores plásticos que
hay en la calle, que son un total de 6.800. Las principales pérdidas son
la sustracción y la pérdida por quema y por mal uso, como disponer en
los contenedores una gran cantidad de escombros. Además, se realiza una
constante reparación y reposición de los contenedores metálicos, que son
2.800 la vía pública, por los daños que sufren cotidianamente, como
incendios, choques, limpieza especial por pegatinas o roturas del metal
por disposición de materiales inapropiados.
Respecto a los refugios y paradas del
transporte urbano de pasajeros, Rosario cuenta hoy con 1.900 postes y
750 refugios, donde se han registrado daños de vidrios, acrílicos y
plásticos. También se deben hacer mensualmente obras de pintura,
limpieza de las pegatinas de los refugios y las paradas, reposición de
arrancadores eléctricos y disyuntores, y verticalización y reposición de
postes.
Desde la Dirección de Alumbrado Público
del municipio indicaron que en 2011 se repusieron por vandalismo 120
artefactos lumínicos, se repararon 850 artefactos rotos y se limpiaron y
pintaron alrededor de 2.500 columnas, además de la reinstalación de
cables de líneas tanto aéreas como subterráneas. En relación al
mantenimiento de semáforos, la mayoría de las tareas corresponde a la
limpieza de pegatinas sobre los postes y cajas de controladores.
La Dirección de Parques y Paseos notificó que los trabajos más
importantes son de reparación y reposición de mobiliario, como bancos,
cestos y columnas, en los 38 parques de la ciudad. Otros de los objetos
que demandan reparación, son los juegos infantiles que hay en las
aproximadamente 400 plazas que existen en la ciudad.Reducción. El subsecretario de Prevención y Seguridad Ciudadana, Luis Baita, destacó que la instalación de videocámaras de seguridad logró reducir "significativamente" la cantidad de actos de vandalismo sobre el mobiliario urbano en muchas zonas de Rosario. En ese sentido, mencionó dos espacios públicos emblemáticos. "El lugar donde más se redujeron estas situaciones fue la plaza Pringles. La cámara que está ubicada en la esquina de Paraguay y Córdoba fue clave para evitar daños sobre los contenedores y actuar en tiempo real cuando se afecta el mobiliario de la plaza. También pudieron corregirse faltas de tránsito, como estacionamiento indebido o prohibido", remarcó.
Otro sitio clave donde las cámaras ayudaron a bajar la conflictividad fue las adyacencias del Cemar, el Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias de Rosario que funciona en San Luis y Moreno. "Allí, antes de instalar las cámaras teníamos muchas denuncias de daños a la propiedad, pintadas, arrebatos. El funcionamiento del dispositivo fue clave para reducir al mínimo estas contravenciones", remarcó Baita.
El funcionario aludió además a lo ocurrido en el entorno de la estación de ómnibus, donde "los actos de vandalismo descendieron notablemente no sólo al interior de la estación, sino también en gran parte de la zona".
Baita mencionó que "la cámara se coloca para cumplir varios objetivos, desde fiscalizar el tránsito hasta detectar arrebatos, vandalismo y situaciones conflictivas. Lo más importante es que suministran información en tiempo real y el municipio, al tener sus móviles con GPS, puede llegar rápido al lugar y actuar. Pero además, la cámara actúa como elemento disuasorio ante la sociedad".
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