El grupo 15-M realizó la
manifestación en la Puerta del Sol de Madrid. Durante las primeras horas
del miércoles, la policía desalojó a los pocos miembros que se
encontraban reunidos.
Hace un año desde que decenas de miles de personas salieran a las
calles de más de ochenta ciudades para protestar contra el actual
sistema político, económico y social. El pasado sábado, marchas
multitudinarias recordaron aquellas movilizaciones y volvieron a poner
de manifiesto que, doce meses después, el movimiento que surgió de aquel estado de descontento tiene, si cabe, más motivos que entonces para la indignación.
En los últimos días, las asambleas surgidas al calor de aquellas protestas se han vuelto a reunir en la plaza en la que nacieron, y a la que han seguido volviendo desde entonces, para "tomar impulso" y "tejer alianzas" de cara al futuro y reflexionar sobre economía, política, medio ambiente, acceso a la vivienda, educación, sanidad o desobediencia civil.
De acuerdo al portal publico.es, este martes, las cacerolas, las sartenes y los pitos fueron los protagonistas de los últimos actos de conmemoración del nacimiento del Movimiento 15-M. A las 18.30 horas los indignados estaban convocados en la Puerta del Sol de Madrid para celebrar una cacerolada. Los gritos de "¡Estas son nuestras armas!" o "¡Vuestra crisis no la pagamos!" se han mezclado con el ruido de estos instrumentos en los más de cincuenta minutos que ha durado la protesta.
Al grito de "¡Enhorabuena, llevamos un año tomando las calles y las plazas!", dicho por el moderador, comenzó la última asamblea general de estos actos de celebración del primer cumpleaños del movimiento de los indignados en la que se hizo balance de estos cuatro días de movilización permanente y de los últimos doce meses de protestas. Asimismo, se puso en valor la necesidad de "seguir en las calles y en las plazas" en un momento en el que, aseguran los indignados, las condiciones de vida de la mayoría de las personas "empeoran", los servicios públicos "se privatizan" y la reforma laboral "acentúa la precariedad". Una situación, aseguran los indignados, que solo sirve para que la economía y los mercados "sigan su camino hacia la destrucción".
Uno de los momentos más emotivos de la asamblea tuvo lugar cuando tomaron la palabra Angustias Alonso y Lázaro Sola, participantes del grupo de jubilados y pensionistas del 15-M madrileño, que acudieron a la Puerta del Sol con una tarta con la que quisieron celebrar el primer aniversario del movimiento. "Hace un año que vinimos a esta plaza llenos de ilusión. Esta plaza es será para siempre ejemplo de unidad. Hoy solo quiero recordar que no nos representan y que no tenemos miedo", aseguró Angustias, conocida como "la abuela del 15-M", justo antes de que toda la plaza estallara en gritos y aplausos.
En este encuentro, en el que tomaron la palabra las distintas comisiones y grupos de trabajo, también se dio cuenta de las miles de propuestas que se recogieron en la acampada instalada en la Puerta del Sol desde el 16 de mayo al 12 de junio de 2011. Un minuto de silencio y una última cacerolada final pusieron punto y final a las conmemoraciones, al menos por el momento.
Un año después, la tarea de recolección, síntesis, archivo y recopilación ya han acabado. Según explicó una activista del movimiento, la supresión de los privilegios a la clase política, la reforma de la ley electoral o las medidas contra la corrupción y a favor de la educación pública fueron las más numerosas.
Aunque los actos de los que los indignados han llamado "mayo global" acabaron en la noche de este 15 de mayo, un grupo de colectivos y asambleas populares de Madrid ya preparan para el próximo fin de semana la celebración de un Foro Social en el Parque del Retir bajo el nombre "Desmontando mentiras, construyendo soluciones".
En los últimos días, las asambleas surgidas al calor de aquellas protestas se han vuelto a reunir en la plaza en la que nacieron, y a la que han seguido volviendo desde entonces, para "tomar impulso" y "tejer alianzas" de cara al futuro y reflexionar sobre economía, política, medio ambiente, acceso a la vivienda, educación, sanidad o desobediencia civil.
De acuerdo al portal publico.es, este martes, las cacerolas, las sartenes y los pitos fueron los protagonistas de los últimos actos de conmemoración del nacimiento del Movimiento 15-M. A las 18.30 horas los indignados estaban convocados en la Puerta del Sol de Madrid para celebrar una cacerolada. Los gritos de "¡Estas son nuestras armas!" o "¡Vuestra crisis no la pagamos!" se han mezclado con el ruido de estos instrumentos en los más de cincuenta minutos que ha durado la protesta.
Al grito de "¡Enhorabuena, llevamos un año tomando las calles y las plazas!", dicho por el moderador, comenzó la última asamblea general de estos actos de celebración del primer cumpleaños del movimiento de los indignados en la que se hizo balance de estos cuatro días de movilización permanente y de los últimos doce meses de protestas. Asimismo, se puso en valor la necesidad de "seguir en las calles y en las plazas" en un momento en el que, aseguran los indignados, las condiciones de vida de la mayoría de las personas "empeoran", los servicios públicos "se privatizan" y la reforma laboral "acentúa la precariedad". Una situación, aseguran los indignados, que solo sirve para que la economía y los mercados "sigan su camino hacia la destrucción".
Uno de los momentos más emotivos de la asamblea tuvo lugar cuando tomaron la palabra Angustias Alonso y Lázaro Sola, participantes del grupo de jubilados y pensionistas del 15-M madrileño, que acudieron a la Puerta del Sol con una tarta con la que quisieron celebrar el primer aniversario del movimiento. "Hace un año que vinimos a esta plaza llenos de ilusión. Esta plaza es será para siempre ejemplo de unidad. Hoy solo quiero recordar que no nos representan y que no tenemos miedo", aseguró Angustias, conocida como "la abuela del 15-M", justo antes de que toda la plaza estallara en gritos y aplausos.
En este encuentro, en el que tomaron la palabra las distintas comisiones y grupos de trabajo, también se dio cuenta de las miles de propuestas que se recogieron en la acampada instalada en la Puerta del Sol desde el 16 de mayo al 12 de junio de 2011. Un minuto de silencio y una última cacerolada final pusieron punto y final a las conmemoraciones, al menos por el momento.
Un año después, la tarea de recolección, síntesis, archivo y recopilación ya han acabado. Según explicó una activista del movimiento, la supresión de los privilegios a la clase política, la reforma de la ley electoral o las medidas contra la corrupción y a favor de la educación pública fueron las más numerosas.
Aunque los actos de los que los indignados han llamado "mayo global" acabaron en la noche de este 15 de mayo, un grupo de colectivos y asambleas populares de Madrid ya preparan para el próximo fin de semana la celebración de un Foro Social en el Parque del Retir bajo el nombre "Desmontando mentiras, construyendo soluciones".
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