Apenas el 26% de la población hipertensa tiene su presión arterial
controlada, según cifras reveladas en un informe preliminar del Congreso
Argentino de Hipertensión. Entre otros problemas, la enfermedad puede
producir patología coronaria, infarto cerebral, deterioro de la
capacidad cognitiva e insuficiencia renal.
Más del 70 por ciento de los argentinos hipertensos no controlan sus
niveles de presión arterial y son más propensos a sufrir accidentes
cerebrovasculares (ACV), enfermedades coronarias e insuficiencia renal,
reveló este sábado el informe preliminar del Congreso Argentino de
Hipertensión.
El encuentro que se realizará del 12 al 14 de abril en la ciudad de
Buenos Aires es organizado por la Sociedad Argentina de Hipertensión
Arterial (SAHA) que debatirá sobre las estrategias de medición de la
presión ante la falta de controles.
El especialista Pablo Rodríguez, presidente del Comité Científico del
Congreso de Hipertensión, destacó que "en Argentina, solamente el 26 por
ciento de la población hipertensa tiene su presión arterial controlada,
y eso no es un tema menor para el futuro".
Rodríguez insistió en la importancia del abordaje de la hipertensión
arterial "como se hará en este congreso, desde lo esencial a lo
secundario, para que ningún aspecto de su tratamiento y prevención quede
afuera del ámbito científico".
Explicó que "por un lado existe la hipertensión arterial primaria o
esencial, que es la más frecuente y cuya causa no puede ser
identificada, y por otro la secundaria, derivada de otras enfermedades
que requieren de un tratamiento específico".
La presión de la sangre en las arterias varía latido a latido del
corazón y en cada persona es distinta en los diferentes momentos del
día, cambiando inclusive si se la mide en un brazo o en otro.
Desde que el control de la presión arterial se convirtió en un tema de
salud pública, se consideró a los valores de presión sistólica y
diastólica registrados en el consultorio médico como base para el
diagnóstico, con el binomio 140-90 mmHg, popularizado como "14/9",
determinando la frontera entre una presión normal y la de hipertensión
arterial.
Las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud indican que la
hipertensión afecta en los países occidentales a más de un cuarto de la
población adulta, sobre todo después de lo 65 años.
El informe preliminar del congreso de hipertensión destacó que esta
enfermedad está relacionada con trastornos metabólicos y vasculares y
que, librada a su suerte, puede producir patología coronaria, infarto
cerebral (ACV), deterioro de la capacidad cognitiva e insuficiencia
renal, entre otros problemas de salud.
Rodríguez adelantó que en el encuentro médico "se priorizará este año la
medición y seguimiento de la presión arterial, debido a que las
evidencias están demostrando cada vez más que su variabilidad incrementa
el riesgo cardiovascular".
"Eso hace que los especialistas estemos dando cada vez más importancia a
estrategias de control que van más allá de la medición en el
consultorio, como el monitoreo ambulatorio y el monitoreo domiciliario",
añadió.
Marcos Marín, presidente del comité organizador del Congreso Argentino
de Hipertensión Arterial, estimó que "en Argentina no excede el 20 por
ciento la proporción de pacientes a los que se le efectúa una
presurometría de 24 horas, con el fin de diagnosticar hipertensión y
evaluar el tratamiento antihipertensivo".
Marín destacó que "los especialistas en hipertensión lo hacemos con casi
todos, pero en los pacientes que son tratados por sus médicos de
cabecera o en atención primaria la proporción seguramente es mucho
menor".
En cuanto al monitoreo domiciliario, sostuvo que "es sumamente útil
cuando se lo realiza con una técnica y equipos adecuados", para poder
determinar el tratamiento antihipertensivo que puede incluir medicación,
además de una dieta baja en sal.
Sobre la medición de la presión arterial en el domicilio, de acuerdo a
lo determinado por el consenso europeo en 2008 sobre hipertensión,
indicó que debe usarse un tensiómetro automático validado y en todos los
casos, la medición se debe hacer en posición sentada, relajado, sin
haber bebido café, ni fumado en los últimos 30 minutos.
La presión se debe medir 2 veces, con uno o dos minutos de intervalo
entre una y otra medición, por la mañana y 2 veces por la noche y si la
persona toma medicación, la medición debe efectuarse antes de tomarla.
También, se deben anotar todos los valores durante una semana previa a
la visita médica y conviene descartar los valores del primer día, porque
dan mayores señales de alarma.
El promedio del resto de las mediciones es el que da el valor promedio
que los médicos deberán considerar, para tratar la presión arterial.
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