Una empresa ofrece el servicio por unos $700 por persona y hasta fines de marzo no hay lugar.
Caminando o transitando sus
avenidas y calles, en colectivo o bordeándola en alguna embarcación por
la costa. Esas eran hasta noviembre del año pasado algunas de las
opciones para pasear por Rosario. Pero para los que no sufren de
vértigo, hay ahora una nueva forma de ver la ciudad en toda su
dimensión, a una velocidad de 15 kilómetros promedio por hora y a unos
400 metros de altura: desde un globo aerostático. ¿Quién se anima?
"Varios", es la respuesta del piloto
Fernando Cescato, al frente de la empresa que ofrece los paseos por aire
(www.animateavolar.com.ar) y uno de los 13 pilotos de globo de toda la
Argentina.
"Hemos realizado unos 30 vuelos, en
cada uno van conmigo dentro de la barquilla (canasto) cuatro personas, y
hasta ahora nadie pidió bajarse", ironizó. Su testimonio suena
verosímil cuando se lee en la web que hasta el 18 de marzo inclusive, y
con mucha antelación, todos los vuelos están completos.
El paseo tal vez no tenga la épica del
Victoria, la historia de aquella aeronave que contó a mediados del 1800
Julio Verne en su "Cinco semanas en globo" por Africa. Pero requiere
coraje, ganas de disfrutar de algo distinto y "muy placentero". Y
también obliga a contar con unos 700 pesos para darse el exótico lujo,
algo que ya varios se permitieron y hasta eligieron como regalo.
El viaje dura una hora pero la
propuesta es más amplia. Los viajeros participan previamente del montaje
del globo y gozan de una copa de champán y un certificado de vuelo al
terminar la travesía.
"Partimos desde el aeroclub de Pueblo
Esther, a primera luz del día, entre las 6.30 y las 7.45 , porque a esa
hora hay más estabilidad en la atmósfera, está más fría y más
sustentable", explica Cescato, de 32 años, 6 de piloto y quien ha volado
por distintos países de Europa y también por Estados Unidos y Brasil.
El globo es de aire caliente, tiene 4
mil metros cúbicos de volumen y 24 metros de altura. Se le exige la
misma documentación de una aeronave comercial o privada y cuenta con un
equipo en tierra de rescate y trailer. Según Cescato, las condiciones
para volar se consultan previamente en el Servicio Meteorológico
Nacional y distintos canales del tiempo nacionales e internacionales.
"Un rato antes de partir suelto un
globo de helio y veo cómo se eleva. El aerostático repite esa
experiencia. Vuela donde va el viento. Parte siempre desde el mismo
lugar pero el descenso es en distintos campos, según donde nos lleve el
paseo. Se puede volar tanto en invierno como en verano, pero en esta
época los pasajeros tienen menos frío y por eso la demanda es mayor",
explica el piloto.
Para todos. "¿Quienes
no pueden volar?", fue la pregunta que hizo LaCapital. Cescato respondió
que salvo los menores de 7 años, "todos los que quieran".
—¿También los que tienen vértigo o problemas coronarios?
—A diferencia de lo que se cree este es
un viaje placentero, sin turbulencias, muy tranquilo. Mucha gente que
no se anima a asomarse a un balcón debido a su vértigo lo ha hecho sin
problemas. Es una experiencia visual que carece de la carga adrenalítica
del paracaídas. Es cuestión de animarse.
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