Maximiliano Urruti vive un
sueño. A punto de cumplir 22 años, el delantero de Newells disfruta de
un presente lleno de felicidad después de los goles que le marcó a
Estudiantes y Argentinos en el inicio del Clausura.
Maximiliano
Urruti vive un sueño. A punto de cumplir 22 años, el delantero de
Newell\'s disfruta de un presente lleno de felicidad después de los
goles que le marcó a Estudiantes y Argentinos en el inicio del Clausura.
El equipo del Tata Martino empieza a hacerse camino con la complicidad
de sus conquistas y el pibe no se la cree. Todo lo contrario. En un mano
a mano con Ovación contó intimidades de su momento, de su compromiso
con la lucha rojinegra y sus anhelos de artillero. "Peleé mucho para ser
el nueve de Newell\'s y ahora se me está dando. Yo lo busqué y tengo
que aprovecharlo. Desde chico siempre quise esto, jugar en primera y
convertir goles. Es un regalo de Dios", comentó el atacante.
Y agregó: "Estoy muy contento porque
arranqué con el pie derecho. Pude convertir en las dos primeras fechas y
el equipo está bien. También nos está acompañanado más la suerte. El
año pasado no ligábamos nada. Y Martino es un aporte muy importante para
este plantel".
—¿Cuándo te empezaste a dar cuenta de que ibas a arrancar como nueve titular?
—En la pretemporada hicimos fútbol y a
veces jugaba de titular. Sabía que el Tata me tenía en cuenta y que la
tenía que pelear. Después, en los amistosos, también estuve de titular y
tenía la esperanza de empezar el torneo. Se dio todo y además estoy
convirtiendo goles, que es lo que un nueve debe hacer.
«Se armó en el
vestuario. Kichu Díaz estaba poniendo música y Pérez armó un pasito. Me
gustó y dijimos de hacerlo como festejo. Ahí Guzmán me dijo que estaba
muy bien que piense en un festejo, porque quería decir que podía meter
un gol. Y salió un bailecito (Balada Boa, de Gusttavo Lima), que se nos
nubló un poco con Pellerano. Tenemos que ensayarlo más. Igual, lo mejor
fue el abrazo con todos del final".
«El grupo es casi el
mismo del año pasado pero ahora hay otra mentalidad. Por eso sabíamos
que debíamos dejar todo que pasó en los dos campeonatos anteriores atrás
lo más rápido posible. Por suerte arrancamos bien contra Estudiantes en
La Plata y Argentinos en el Coloso. Queremos seguir demostrando que
somos un plantel que va a dejar todo para sacar a Newell\'s adelante".
—En su arribo, el Tata habló de recuperar al paraguayo Aquino, pero vos nunca aflojaste y terminaste ganando la pulseada.
—Aquino podía ser titular pero me tenía fe. Sabía que si me tocaba,
debía aprovechar la oportunidad al máximo. Tenía que darle goles al
equipo que era lo que necesitaba.—En Sagrado Corazón fuiste goleador, en la reserva leprosa también actuaste como segunda punta. ¿Qué clase de delantero sentís que sos?
—Me gusta jugar en medio de los dos marcadores centrales, como con Argentinos. También me gusta bajar a buscar la pelota, como media punta. También me favorece jugar con gente que trepa por las puntas y me alimenta con centros. La verdad es que en el puesto que estoy jugando ahora me siento muy cómodo.
—Martino elogió tu capacidad para entrar en juego.
—Me gusta tirarme atrás y jugar para el equipo. No tengo problemas para darle oxígeno a los compañeros. También puedo aguantar la pelota arriba para que el equipo pueda salir y de esa manera serenar los ánimos.
—¿Qué te pide el técnico?
—Nada raro, que trate de hacer goles, que colabore con el equipo y que los delanteros tenemos que saber que somos los primeros defensores. Y me siento muy bien físicamente para cumplir con eso.
—¿Te pusiste una meta con la cantidad de goles?
—Quiero hacer todos los que pueda. Primero tengo en claro que lo más importante es aportar para que el equipo gane y salir de esta situación. En lo personal, creo que 8 o 9 goles estarían bien. Arranqué con 2 y estoy con mucha confianza.
—Tuviste varias chances antes del gol. ¿En algún momento pensaste que no se te daba?
—En el primer tiempo tuve una de cabeza que me quedó muy cerca del arco y se me fue por arriba. Así que en el entretiempo hablamos que no había que desesperarse. Después tuve la del palo, que me agarré la cabeza porque pensé que no venía ninguna más. Y enseguida vino el centro de Pérez y pude definir. Lo grité como nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario