El juez de Instrucción Juan
Andrés Donnola habló esta mañana sobre el caso en el que otorgó la
libertad restringida a dos muchachos acusados de tentativa de robo, a
cambio de que inicien un tratamiento por adicciones, que mantengan un
trabajo y que donen una computadora al Hospital Víctor J. Vilela.
El juez de Instrucción Juan Andrés Donnola, quien le otorgó
la libertad restringida a dos muchachos acusados de tentativa de robo
al obtener el compromiso de ambos de rehabilitarse de su adicción a las
drogas y de mantener un empleo, manifestó que habitualmente los
magistrados utilizan esa herramienta del Código Procesal Penal que
busca, entre otras cuestiones, a no superpoblar las cárceles.
“Estas decisiones se toman habitualmente.
Cuando el entorpecimiento probatorio no existe en la causa judicial,
cuando no hay condenas anteriores, los jueces utilizan esta herramienta
donde se establece la morigeración de la libertad. Es decir se ponen
determinadas condiciones, generalmente son a través de un garante
personal o laboral o pueder ser una institución en el caso del
tratamiento de adicciones”, consignó el magistrado en contacto con el
programa De seis a nueve de La Ocho.
Donnola sostuvo que el caso en el que le tocó intervenir, y que se publica hoy en el diario La Capital,
lo imnovador fue que los jóvenes imputados “han reconocido su error y
que dijeron que querían reparar ese error a través de una donación.
Propusieron entregar una computadora nueva o alimentos a instituciones
de bien público y yo dispuse que fuera para el Hospital de Niños”.
El juez remarcó en ese sentido: “Estos
muchachos estuvieron en la institución Volver a la vida, que atiende
problemas de adicciones. Vimos que no habían completado el programa. En
mi resolución, los obligo a que cumplan el tratamiento como corresponde.
En eso vamos a ser estrictos, y ante el no cumplimento de esa cuestión
volver al estado de detención. Por el no cumplimiento de alguno de los
puntos puedo dejar sin efecto la libertad”.
“Decimos que no se tranforme la prisión
en un adelantamiento de la pena. No es que cualquiera que cometa un
delito se va a su casa y se terminó. Se evalúan un montón de cosas, se
tienen en cuenta los delitos menores, los delitos donde se usan armas,
cuando hay signos de arrepentimiento, si está cautelada la prueba.
Cuando tenemos establecido un domicilio donde lo podemos ubicar. Hay un
montón de situaciones que la sociedad desconoce, pero que se dan todos
los días. Sino no habría capacidad en las cárceles para tener detenida a
estas personas por delitos menores”, afirmó Donnola.
"Siempre habrá reacciones en contra por
estas decisiones. La sociedad, por desconocimiento, no quiere entender
que determinados procesos se siguen en estado de libertad. En este caso
he agragado algo más simbólico que fue admitir su actitud de
restablecerse en la sociedad con algo que va a ser útil para una
institución. el juez tiene que manejar estas pautas y controlarlas. En
este caso la imnovación consistió en aceptar simbólicamente que alguien
empiece a pagar a la sociedad algún mal que ha hecho."
"Uno ve la posibilidad de que dentro de
la prisión no se recuperará de las adicciones, va a tener ese enojo
propio no ser reconocido y va a salir más resentido que antes. hay
cuestiones que hay que evaluar más allá de la bronca de las víctimas que
obviamente se tienen en cuenta", remarcó Donnola
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