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miércoles, 12 de octubre de 2011

"Es un error encarnizarse con un paciente sin chances de sobrevivir"

El secretario de Salud de Rosario, Lelio Mangiaterra, adhirió a la idea de legislar la muerte digna. "Es necesario debatir", dijo el funcionario y coincidió con su par provincial, Miguel Cappiello.


"Creer que existe la obligación de aplicarle prácticas terapéuticas a un paciente que no tiene ninguna posibilidad de sobrevivir es un concepto equivocado. Hay que evitar el encarnizamiento cuando la terapia no va a dar resultado". Con esos términos se posicionó el secretario de Salud Pública municipal, Lelio Mangiaterra, en relación a los once proyectos para legislar la muerte digna que se promueven en el Congreso de la Nación. Para el funcionario, es necesario que la situación "se debata y se legisle" con el fin de evitar el sufrimiento de pacientes terminales. El debate encontró anclaje en la provincia cuando el ministro de Salud santafesino, Miguel Cappiello, planteó su posición en torno al tema: "Quisiera para mí una muerte digna llegado el caso. No me gustaría exponer a mis seres queridos a pasar por esa angustia. Como médico, me parece que es lo mejor", dijo. Esa discusión, que hasta hace poco tiempo era tabú, ya disparó resistencias religiosas. La semana pasada provocó la reacción del arzobispo de Rosario, José Luis Mollaghan: "No somos árbitros de la vida para decidir hasta cuándo puede vivir una persona", dijo el viernes en la misa por el día de la Virgen del Rosario. La decena de proyectos presentados en la Legislatura nacional, sin embargo, pone el acento en que se permita morir de manera digna a un paciente en estado terminal. Las iniciativas proponen que se autorice a los médicos a suspender los mecanismos artificiales que sostienen la vida en casos irreversibles, siempre que lo pidan el paciente o su familia de manera voluntaria. Son prácticas omisivas que se diferencian de la eutanasia, que supone una acción concreta para terminar con la vida de una persona por piedad. La regulación intenta llenar un vacío ante situaciones que afectan cotidianamente a la práctica médica. Los proyectos prevén que los pacientes, si lo desean, autoricen a que les retiren soportes asistenciales en la fase terminal. O que, en caso de no estar conscientes, puedan resolverlo sus familiares ante un cuadro irreversible. El debate tuvo exposición mediática en Buenos Aires a partir del caso de Camila, una nena de 2 años en estado vegetativo desde que nació (no llora, no parpadea, no traga, no se mueve) y que sobrevive conectada a un respirador artificial. Su madre reclama que la dejen morir porque el cuadro es irreversible. Las iniciativas legales se basan en el derecho humano a una vida digna y tienden a evitar el ensañamiento cuando la muerte es cercana e irreversible. "Nuestro compromiso con la muerte digna está desde siempre. Hace más de diez años que en Rosario discutimos el tema y se están implementando a nivel público cuidados paliativos para las situaciones terminales. Quiero aclarar que cada persona debe morir en el momento en que biológica y subjetivamente esté para morir y a eso nadie pretende cambiarlo. Simplemente pretendemos que lo haga en condiciones dignas", explicó Mangiaterra. Para el funcionario, lo que se intenta es "evitar el encarnizamiento médico" y la aplicación de "prácticas inútiles" en nombre de un objetivo que no podrá cumplirse. En ese sentido, consideró necesario el debate, que a su criterio expresa un momento de inquietud social con la problemática: "Las leyes acompañan movimientos que la misma sociedad va admitiendo. Sin un avance en la sociedad, no se cumplen. Que se avance en esto refleja un compromiso por lo menos mayoritario con la temática".

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