Así lo señalan desde el Colegio Monseñor Zaspe, en el Barrio Santa Rosa de Lima. Un portero del establecimiento fue asaltado el martes a punta de pistola. Los trabajadores de la escuela se declararon en “estado de alerta” y piden protección.
Un joven portero de la escuela Monseñor Zazpe, de barrio Santa Rosa de Lima, fue asaltado el martes al mediodía, apenas había terminado la jornada escolar. Oscar Moyano, de 23 años, volvía a su casa de Santo Tomé en bicicleta, pero a escasos metros del colegio fue interceptado por dos muchachos, que a punta de pistola, se la quitaron. El violento episodio ocurrió cuando el movimiento que genera el fin de las clases, en calle Moreno al 4.400 aún no se había disipado. Según los relatos aportados en sede policial, a Moyano lo habrían seguido unos minutos y, si bien habrían sido dos los que lo atacaron, un tercero habría actuado de “campana”. Ayer, Oscar no fue a trabajar. “Está bien de salud, pero mal anímicamente”, contó Santiago Camero, secretario general de asistentes escolares de UPCN. Y recordó el caso del celador, del comedor escolar de la misma institución, que a mediados del mes de agosto fue salvajemente golpeado por delincuentes que no pudieron robarle nada más que su audífono, porque no llevaba dinero encima. “Los trabajadores estamos absolutamente desamparados. Quienes trabajan en ámbitos de salud y educativos en estos barrios más marginales, están corriendo un riesgo altísimo por prestar un servicio a la comunidad sin las condiciones de seguridad adecuadas”, insistió Camero. En estado de alerta Tanto el caso de Moyano, que todo los días pedaleaba más de 20 kilómetros para llegar a su destino de trabajo, y a quien le quitaron el único medio de transporte con el que contaba, como el del celador asaltado el lunes 8 de agosto a las 6.30, y el tiroteo que se produjo al día siguiente en la puerta de la misma escuela, doblegaron la paciencia de los trabajadores de la institución Monseñor Zazpe, quienes se declararon en “estado de alerta”. “Esto significa que, por el momento, vamos a seguir prestando servicio. Pero si no hay una solución al problema, el paso siguiente va a ser un paro de actividades y después una transferencia de trabajadores. No puede ser que la única respuesta que recibamos –cada vez que planteamos el tema– sea que la policía no tiene móviles, o no tiene nafta o no hay personal. La situación ya es demasiado grave”, insistió Camero. En este sentido, el gremialista extendió el reclamo de mejora en las condiciones de los trabajadores de salud. “Los Samco son otras áreas donde solemos tener este mismo tipo de situaciones. No se puede exponer de esta manera la vida de los trabajadores”, finalizó, con una severa crítica al ministro de Seguridad de la provincia. El aumento de los casos de robos violentos en la puerta de la escuela, un recuento que ubica a Santa Rosa de Lima como el barrio que concentra un 20 por ciento de los homicidios ocurridos en el departamento La Capital, y un sinfín de reclamos y medidas preventivas contra el delito que no alcanzan, son los componentes de un profundo problema que afecta a los vecinos del distrito más populoso del oeste de la ciudad.
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