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miércoles, 21 de septiembre de 2011

ROSARIO...Cayó una banda que robaba a dueños de casas cuando guardaban sus autos

Era liderada por un hombre de San Nicolás. Le adjudican seis robos, incluso de vehículos. Los maleantes tenían 3 pinturas de Julio Vanzo que iran a pericia para definir si son auténticas.

Un allanamiento permitió a la policía rosarina encauzar la investigación sobre una gavilla de ladrones de casas cuyo modus operandi comenzaba cuando los residentes ingresaban sus autos, preferentemente de alta gama, en los garajes particulares. Todo comenzó hace dos semanas con la detención de seis personas en los barrios La Tablada y Tío Rolo durante "un acto preparatorio" para dar un golpe "significativo". Uno de ellos, sindicado por los investigadores como el cabecilla, era un hombre oriundo de San Nicolás, apodado Perudo, con tres pedidos de captura de la Justicia bonaerense. El allanamiento de su casa en Tío Rolo sirvió para encontrar elementos que lo vincularon a seis hechos de asaltos en viviendas y dos escruches, la modalidad de robo que se comete en domicilios cuando sus moradores están ausentes. De los seis detenidos el jueves 8 de septiembre a partir de un control rutinario realizado por efectivos de la sección Sustracción de Automotores, dos quedaron bajo la lupa como principales sospechosos de componer una dupla delictiva que robaba casas. El rosarino David Carlos G., de 18 años, domiciliado en la villa del Tanque de La Tablada, y el nicoleño Marcelo Ezequiel L., de 27 y conocido como Perudo, quien en los últimos tiempos estuvo afincado en Tío Rolo. Los tres cuadros. Fue el allanamiento en la casa de Perudo, ordenado por el juez Guillermo Pérez de Urrechu, el que abrió el juego. Allí se secuestró documentación, electrodomésticos, herramientas, chequeras de los bancos Macro y Francés, cajas con proyectiles calibre 9 y 11.25 milímetros, ruedas de auxilio, llaves de distintos autos, algunos de alta gama como Audi, Peugeot o BMW y tres cuadros del pintor rosarino Julio Vanzo. Al cierre de esta edición se desconocía si esos cuadros eran originales o copias, por lo que se iban a peritar. Con los elementos constitutivos de diferentes botines, los vigilantes de Automotores cotejaron los elementos hallados con denuncias de robos con modus operandi similares. Así pudieron inferir que esta dupla es sospechosa de ocho ilícitos en lo que va del año. Las causas están asentadas en los juzgados de Instrucción 5ª, 8ª, 10ª y 13ª. Estos datos se conocieron el día después de que Diego José María G., nicoleño de 23 años, fuera detenido en la ciudad bonaerense cuando manejaba un Chevrolet Cruze que había sido robado, con la misma mecánica de la descripta en esta crónica, a una familia de La Cumbre al 1100, en barrio La Cerámica. Al auto se llegó porque tenía seguimiento satelital (ver aparte). Operativo de rutina. El 8 de septiembre, en un patrullaje de rutina en La Tablada, los hombres de Automotores dieron con un Peugeot 206 con pedido de secuestro por haber sido robado en jurisdicción de la comisaría 7ª el 15 de julio pasado. Tras perseguirlo por la villa del Tanque lograron detener a David Carlos G., domiciliado en Presidente Quintana al 200 bis. Al revisar el 206 los policías incautaron una pistola 22 larga, precintos plásticos agrupados de a pares, pasamontañas, guantes y una replica de pistola 9 milímetros, además de 20 llaves tipo Acytra, dos controles remotos compatibles con los que se utilizan para abrir cerraduras electrónicas y documentación que les permitió continuar con la pesquisa. Con esa data llegaron a barrio Tío Rolo y ahí, también tras una persecución, detuvieron a Marcelo Ezequiel L., de 27 años, quien desde hace un año triangulaba domicilios en San Nicolás con La Tablada y La Cumparsita al 3700, en el barrio donde los policías lo fueron a buscar. De arma llevar. El nicoleño llevaba un revólver en la cintura. También fueron detenidos un hombre oriundo de San Nicolás que dijo ser remisero, la madre del nicoleño sospechado, el concubino de esta, y un vecino de Tío Rolo que, en medio del procedimiento policial, increpó a los vigilantes con un revólver en mano. Entonces el juez Pérez de Urrechu ordenó que se realizaran allanamientos en los domicilios de los principales sospechosos. En una casa de Presidente Quintana al 200 bis el resultado fue negativo. Pero en la finca de La Cumparsita y el pasaje 2142, donde estaba afincado Perudo, se encontraron elementos que con el correr de los días se comprobó provenían de diferentes botines. A partir del análisis de esos objetos —entre los que también había una docena de llaves codificada de vehículos de alta gama y manojos de llaves de puertas de viviendas— se pudo reconstruir un mapa de robos cuyos modus operandi comenzaba con vecinos que eran abordados por dos maleantes cuando ingresaban sus vehículos en los garajes de sus viviendas. Luego los ladrones reducían a sus víctimas con precintos plásticos agrupados de a pares y los elementos sustraídos eran cargados en sus autos. Con esta mecánica se produjo un robo calificado el 22 de mayo en jurisdicción de comisaría 4ª, donde los ladrones se llevaron un Audi A3 que horas más tarde fue hallado en inmediaciones del Casino de Rosario. En este atraco se llevaron los tres cuadros de Julio Vanzo que ahora son peritados. Los otros casos. La seguidilla de golpes se registró el 5 de julio en jurisdicción de la 6ª, el 10 de julio, en terreno de comisaría 3ª, el 13 del mismo mes en territorio de la 4ª, el 19 de julio en jurisdicción de seccional 15ª, y el 12 de agosto, el último de esta saga por el momento, en territorio de la 15ª. A esta enumeración se le deben sumar dos escruches ocurridos el 7 de enero en Serrano al 5500 y el 19 de julio en Gutiérrez al 2000. Otra de las pistas que pusieron a la gavilla bajo la mira de los investigadores es que el 70 por ciento de los autos robados aparecieron en jurisdicción de la ciudad bonaerense de San Nicolás.

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