Escrita por Daniel Dalmaroni y dirigida por José Ignacio Serralunga, la comedia se presentará el viernes a las 21. Anticipadas en venta. Invita el Gobierno de la Ciudad.
“Burkina Faso” continúa dominando la cartelera de los viernes en la Sala Marechal del Teatro Municipal 1º de Mayo. Se trata de una comedia escrita por Daniel Dalmaroni y dirigida por José Ignacio Serralunga que “echa mano del humor áspero, negro, para plantear situaciones extremas en el marco de una familia argentina al borde del abismo; que va a fondo desde la primera palabra, y aunque parezca imposible, sigue profundizando y encontrando incidencias inimaginables”, explicaron sus hacedores. Protagonizada por Sebastián Terentino y Erica Vázquez, esta obra no es recomendada para menores de 14 años.
La función tendrá lugar a las 21 en la sala de San Martín 2020. Las entradas están a la venta en la boletería del Teatro Municipal. El valor general es de 50 pesos; en tanto, para estudiantes y jubilados el precio es de 40 pesos. Vale destacar que “Burkina Faso” volverá a presentarse el 28 de junio y el 5 de julio.
En la cornisa
“Burkina Faso” es una comedia típica de Daniel Dalmaroni, autor argentino que plantea siempre situaciones extremas, en el marco de familias argentinas al borde del abismo. Que va a fondo desde la primera palabra, y aunque parezca imposible, sigue profundizando y encontrando incidencias inimaginables. Esa es, justamente, la fuente del humor que siempre aparece en sus obras, un humor áspero, negro. La anécdota que se desarrolla sobre la escena sirve de sustento al verdadero tema, que, en la visión de los hacedores de la puesta, tiene que ver con las ilusiones, con los ideales. Esas ilusiones sostienen al hombre, aún en su peor momento, y lo habilitan a seguir viviendo, para poder alcanzarlas. De eso habla la obra, de las ansias que nos dan fuerza para vivir, para enfrentar las vicisitudes de la vida cotidiana. Con humor y con angustia, como se vive.
Humor dramático
El equipo conformado por Terentino, Vázquez y Serralunga ha venido trabajando en diferentes obras -“Touché mon amour”, “El guapo y la gorda”, “Hay lío en el río”, “El ambiente está medio medio”- y comulga con una manera particular de ver el teatro, como un entretenimiento pero también como un hecho artístico. El condimento ineludible en sus trabajos tiene que ver con el humor, en sus diferentes expresiones. En este caso, lo extremo del tema que se plantea en la obra los llevó a pensar en un estilo de actuación naturalista, oponiendo a la gravedad de las situaciones un registro cotidiano, eludiendo lo dramático y mostrándolo como cosa habitual, diaria. Nada potencia más lo dramático que tratarlo con sencillez. Y por el contrario, las pasiones aparecen en las cuestiones más nimias. Esa aparente contradicción apoya la búsqueda de una estética particular, que meta al espectador en un ambiente casi increíble desde el tema, pero a su vez, absolutamente verosímil por la forma. Esa es, por otra parte, la herramienta para generar el humor, no mediante la búsqueda de chistes o remates humorísticos, no por la actuación cómica, sino por las situaciones a las que se enfrentan los protagonistas y que los transforman en títeres de un destino poco piadoso.
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