martes, 30 de abril de 2013

SANTA FE: Instalaron las señales del circuito “Las marcas del río”


Se trata de columnas que representan al río Paraná y Salado, con indicadores de las alturas que alcanzaron en las diferentes crecidas en cada área donde están instaladas. José Corral y Ginés González García visitaron el tótem que se encuentra en la esquina de Iturraspe y Perón. Previamente, participaron de la conferencia denominada “El Hospital Inundado”, a cargo de médicos y directivos del Hospital de Niños Orlando Alassia.


Instalaron las señales del circuito “Las marcas del río”
En el marco de las actividades que el Gobierno de la Ciudad desarrolla con motivo de conmemorarse los 10 años de la inundación, el intendente José Corral y el ex ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, participaron esta mañana de la conferencia brindada por médicos y directivos del Hospital Orlando Alassia, “El Hospital Inundado”. Luego, visitaron la instalación “Marcas del Río” que se encuentra en la esquina de Presidente Perón en Iturraspe y que forma parte de un circuito circuito urbano “29 de abril”, que fue dispuesto por la ordenanza 11.927 aprobada por el Concejo Municipal. Cada señal consiste en dos elementos prismáticos verticales de hormigón armado, que representan a los ríos Salado y Paraná, y que llevan en dos de sus caras un revestimiento de acero inoxidable pulido, donde se indican las alturas alcanzadas por los ríos en las diferentes inundaciones que vivió la ciudad a lo largo de su historia. Estas señales buscan materializar la memoria colectiva y acompañar las acciones de educación y concientización en la trama urbana.

Memoria

“Son dos columnas, una representa cada río y tienen indicados la altura a la que llegó el agua. Esto no es para generar alarma, sino para que todos sepamos que vivimos en un zona que tiene riesgos de inundaciones por la crecida de los ríos, que los ríos ocuparon en algún momento naturalmente cierta altura”, sostuvo José Corral con respecto a estos cinco tótem que además están instalados frente al Hospital de Niños, en inmediaciones del Club Colón, en el Parque Juan de Garay y en la Costanera Este.
El mandatario detalló que en estas instalaciones se puede ver, en el caso del río Paraná, que la creciente de 1905 que fue la más importante y también fueron relevantes, las de 1992, 1983 y 1998. “En el caso del río Salado la más importante fue la de 2003, pero también la de 1973, que fue una creciente importante y duró muchos días”, agregó.
El Intendente sostuvo que la intención de estos indicadores no es generar alarma, “sino que todos sepamos que vivimos en un zona que tiene riesgos de inundaciones por la crecida de los ríos y que los ríos ocuparon en algún momento naturalmente cierta altura”. Asimismo, afirmó que estas “Marcas del Río” van a servir para que los santafesinos aprendamos a convivir con nuestro río y tengamos presente “que estamos en una zona que en algún momento fue el valle de inundación del río”.

“Son nuestros héroes anónimos”

Previamente, José Corral junto con Ginés González García, entre otras de las personas que fueron agasajadas instantes en el Municipio, fueron recibidos por la directora, Raquel Cociglio y ex autoridades del Hospital de Niños en el 2003, y juntos recorrieron los pasillos y los rincones del Hospital que hace 10 años atrás fueron tapados por el agua. Posteriormente se dirigieron al Ateneo, donde personal del Alassia recordó lo ocurrido.
Luego de los testimonios de los trabajadores, el intendente José Corral indicó: “Es conmovedor escuchar las palabras de protagonistas anónimos, que son nuestros héroes. Dicen que los héroes son personas comunes que frente a circunstancias excepcionales tienen comportamientos excepcionales y la verdad es que en el 2003 miles de santafesinos los tuvieron. Las autoridades y los responsables del Hospital de Niños tuvieron que evacuar a más de 100 enfermos, en menos de un día. Prestamos mucha atención al relato de estas personas; uno no tiene más que agradecerles a ellos que fueron los protagonistas de aquel momento, pero también debemos reflexionar sobre las capacidades que tenemos, para estar preparados”.
Cabe recordar, que el interior del Hospital de Niños tuvo un metro y medio de agua, en tanto en el exterior, el agua tapó las rejas del frente, es decir superó los dos metros. Aun quedan latentes las imágenes de los vecinos poniendo a salvo incubadoras, entre otros objetos, para que el agua no se lleve más nada. También estaban los que apilaban bolsas de arena para tratar de frenar el agua, para que el agua no pase al lugar donde habían nacido sus hijos.
“Ese día teníamos internado a 122 niños. Al mediodía tuvimos que dar 38 altas; a las 13, debimos trasladar a pacientes que estaban en terapia intensiva. Una hora más tarde trasladamos a bebés de neonatología. A las 22, sin luz, en medio del desastre, sale la última lancha con el último paciente del hospital”, recordó Natalia Gamba, jefa de residentes y una de las encargadas de evacuar el hospital en 14 horas.
Otra de las doctoras encargadas de ponerle el cuerpo al desastre fue Jorgelina Gasparri, que esa mañana estaba como Jefa de Guardia, “En ese momento empezamos a diseñar tácticas de evacuación usando el sentido común. No había experiencia, los médicos que tenían lanchas las trajeron. Hubo momentos que fueron muy dramáticos, nos quedamos sin agua, sin batería en los celulares, tratando de coordinar el traslado de los pacientes”, rememoró.

Un tomógrafo, un símbolo

“Lo del tomógrafo fue una cosa muy simbólica. Dentro de la tecnología que había en ese momento era lo más avanzado. Cuando comenzó a ingresar el agua lo perdimos muy rápidamente. Tipo tres de la mañana, me llaman a mi celular que tenía lo último de carga: era un llamado de España, de Toyota, para ofrecerme un tomógrafo nuevo. Es el día de hoy que no sé como consiguieron mi nombre, mi teléfono, la solidaridad fue realmente muy impresionante”, recordó Jorgelina, en un relato que emocionó a todos los presentes.

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