Este miércoles se realizó una nueva protesta en la esquina de las avenidas General Paz y Casanello. Comerciantes y vecinos pidieron justicia por Alfredo Segado.
Este miércoles a las 19, más de 100 vecinos se congregaron en la intersección de las avenidas General Paz y Casanello, justo en la puerta de la ferretería Lavalle, el comercio que el domingo a la mañana fue asaltado y cuyo propietario, Alfredo Omar Segado, fue baleado durante el ataque y falleció casi 10 horas después en el hospital Cullen.
La consecuencia fatal del robo volvió profundizó la indignación de los vecinos y comerciantes de la zona: “todavía no nos habíamos recuperado de la muerte de Carlos Toniutti y ahora tenemos que lamentar otra muerte violenta, de manos de delincuentes que se sienten impunes”, indicó Cacho, quien conoce a la familia del comerciante fallecido desde hace más de 40 años.
La referencia al caso de Toniutti demuestra que el paso dos años y 9 meses de la muerte del muchacho, baleado cuando finalizaba la jornada laboral el 5 de enero de 2010, aún es una herida abierta en la memoria colectiva de los habitantes de la zona: “aquella vez fue tan doloroso y tan duro lo que sucedió que creímos que nunca más volveríamos a sufrir un caso similir. Pero evidentemente nadie está a salvo de los peores delitos y si los ministerios de Seguridad, a nivel nacional y provincial, continúan con estas políticas, el de Segado tampoco va a ser el último caso”, agregó el vecino.
“La vida es lo único que vale”
Con pancartas en sus manos y entonando cánticos, los habitantes del lugar pidieron a las autoridades mayor seguridad en el barrio. El dolor era el mismo para todos, pero hubo distintas reacciones ante lo sucedido.
“Yo quiero decir que, ante lo que está pasando, ya no quedan respuestas posibles más que se armen los propios vecinos. Nos vamos a tener que defender nosotros mismo. Ayer una periodista me criticó por esto que estoy diciendo, pero esa es la única salida que nos queda”, grito Victorina, otra vecina.
Sin embargo, esa no era la opinión mayoritaria en la manifestación. Por el contrario, Jorge, quien tiene un negocio ubicado sobre General Paz al 6400, que fue asaltado cuatro veces (dos de ellas a mano armada), sostenía un cartel con la siguiente leyenda: “Mi local no posee armas, por favor, no dispare”. “Este reclamo tiene distintos destinatarios. Por un lado es un reclamo urgente a las autoridades políticas que tienen que empezar a dar respuestas concretas porque lo que está sucediendo en todas las áreas comerciales de la ciudad en materia de seguridad, es gravísimo. Pero también es un mensaje para los ladrones: les estamos pidiendo que no nos maten, les decimos que somos laburantes y que la vida vale siempre más que cualquier cosa material que se puedan llevar, es lo único que vale”, expresó Jorge.
“La muestra más cruda”
Con frases como “socorro vivo en General Paz” o “tenemos miedo” y “esta es zona liberada” los carteles que sostenían los manifestantes pretendían ser un llamado de atención a las máximas autoridades políticas de la provincia: “Queremos que el gobernador Antonio Bonfatti se acerque para ver la situación de inseguridad por la que estamos atravesando, y que ya es insostenible”, expresaron.
Además, volvieron a retrucar la ya célebre frase del ex gobernador Binner al decir que la inseguridad “no es una sensación”, y aseguraron que los crimenes de Segado y Toniutti son la “muestra más cruda de que es real”.
Entre las manifestantes estaba Graciela Brondino, la mamá de Marianela, la joven de 25 años que hace dos años murió durante un asalto en barrio María Selva, a pocas cuadras del lugar de la manifestación de ayer. En sus manos tenía las planillas con la firma de santafesinos que reclaman un cambio en la estrategias políticas de seguridad y que serán presentadas el próximo viernes en Casa de Gobierno, en la Legislatura y en el poder Judicial.
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