Por la gran descarga de agua se producen filtraciones en los desagües pluviales. A raíz de esto, se debilita la base del pavimento y se producen baches de gran magnitud.
La Capital |
Los más de 90 milímetros de lluvia caída en una semana causaron estragos en el pavimento de las calles rosarinas. Durante este lapso se colocaron 26 nuevos corralitos de Aguas Santafesinas SA sobre la calzada como consecuencia de desperfectos en las cañerías a raíz de la gran descarga de agua en los conductos pluviocloacales. Las filtraciones debilitan la base del pavimento provocando hundimientos. Y Obras Públicas de la Municipalidad también admite que las precipitaciones provocaron un sinnúmero de baches en todo el ejido urbano.
El hundimiento del pavimento en Riccheri y Mendoza ocasionado en plena lluvia del martes, y que provocó la caída de un auto en un gran bache, encendió el alerta. Y si bien está en duda si se trató de una perforación mal reparada, los datos de la empresa estatal hablan de un marcado aumento de los "reclamos con señalización en calzadas", también conocidos como "corralitos".
De 110 registrados previo a las fuertes y persistentes precipitaciones de la última semana, treparon a 136 como consecuencia directa del agua caída. De los 136 corralitos, tres de ellos (Riccheri 1100, Riccheri 33 bis y Mitre al 1300) provocan la interrupción total del tránsito en la cuadra. Las restantes señalizaciones en calzada no implican corte total de calle.
Los hundimientos de pavimento son el resultado de desperfectos en las cañerías y en la descarga del agua de lluvia, fundamentalmente en el radio antiguo de la ciudad, en donde existe el 70 por ciento de los corralitos. Una filtración subterránea produce un anegamiento bajo tierra que debilita la base del pavimento, provocando hundimientos y agujeros en la calle. Y en ésta última semana surgieron 26 nuevos corralitos en relación directa con el efecto que la tormenta produjo en la infraestructura sanitaria. De todos modos, desde Assa aclararon que este total de reclamos con señalización "son más que razonables".
Más baches. El efecto no sólo es subterráneo, sino que a nivel de superficie el agua degrada el asfalto y penetra entre las fisuras. También acorta la vida útil de los materiales cuando se acumula formando pequeñas lagunas.
"Es evidente que la cantidad de baches como consecuencia de la lluvias ha aumentado, pero estamos trabajando lo más rápido posible para resolver el deterioro. La lluvia durante cuatro días seguidos disparó el proceso de roturas", explicó el secretario de Obras Públicas del municipio, Omar Saab, para agregar: "Hay más baches que hace dos semanas, con problemas en todo el ejido urbano pero en el marco de una ciudad transitable".
Conductos. La red cloacal de Rosario tiene 1.807 kilómetros de extensión, de los cuales 355 corresponden a la red combinada pluviocloacal del radio antiguo (centro y macrocentro). En esta zona hay una cañería troncal, otra primaria y una red secundaria (unos 203 kilómetros). La mayoría de las dificultades se localizan en la red secundaria.
Pero la lluvia no sólo provoca nuevas roturas, sino que también retrasa los trabajos en curso. Es imposible hacer la losa de hormigón sobre la que se vierte el asfalto y tampoco se puede asfaltar con el piso mojado. Incluso después de fuertes e intensas lluvias, se hace muy difícil encontrar tierra seca para rellenar los pozos que se hacen.
Según indicó el titular de Defensa Civil, Raúl Rainone, el pluviómetro arrojó para la última semana un total de 90 milímetros de agua, con episodios con ráfagas de hasta 80 kilómetros por hora, anegamientos y residuos en alcantarillas. El pronóstico prevé inestabilidad y nuevas precipitaciones recién para el lunes.
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