sábado, 13 de octubre de 2012

El 7D desató una guerra de presiones y amenazas en la Justicia


El Gobierno resolvió ir a fondo para nombrar al juez que resolverá el futuro del Grupo Clarín. Hay denuncias cruzadas. Las quejas llegaron a la Corte, que citó el lunes al Consejo de la Magistratura.


 
En la mira. El camarista Ricardo Recondo encabezó las protestas de la oposición y fue recibido por el titular del máximo tribunal, Ricardo Lorenzetti. Para el Gobierno, es la cara enemiga.

El 7D desató una guerra de presiones y amenazas en la Justicia
El enfrentamiento del Gobierno con el Grupo Clarín dejó a la Justicia sometida a presiones cruzadas, que tienen su epicentro en el Consejo de la Magistratura. Se trata ni más ni menos que del organismo encargado de nombrar nuevos jueces y disponer sanciones disciplinarias a los magistrados. La puja lo convirtió en el campo de batalla para dirimir el nombre del juez que debe resolver sobre la inconstitucionalidad o no del artículo 161 de la Ley de Medios y, de esa forma, establecer si Clarín debe mantener sus licencias audiovisuales o vender aquellas que superan el límite fijado por la norma.
El Consejo quedó convertido en un caldero que incluye presiones y amenazas, por eso la Corte Suprema citó a varios de sus miembros para el lunes a las 17, según divulgaron ayer medios de Cristóbal López.
El mayor dolor de cabeza del Gobierno recae en la denominada “minoría”: Ricardo Recondo, camarista del fuero civil y comercial federal, el diputado radical Oscar Aguad, el senador radical Mario Cimadevilla, y los representantes de los abogados, el mendocino Daniel Ostropolsky y el porteño Alejandro Fargosi. Ellos resisten avanzar con los nombramientos que impulsa el Poder Ejecutivo.
En la puja, el ministro de Justicia Julio Alak, como el consejero oficialista Hernán Ordiales, “se están jugando las últimas cartas”, según reconocieron en el propio Gobierno. Alak es empujado “por La Cámpora bajo la dirección de Julián Alvarez, secretario de Justicia”.
La tensión quebró el interior del oficialismo. “A los viejos kirchneristas noa nos gustan las actitudes arrogantes de los jóvenes de La Cámpora que vienen por todo sin antecedentes ni políticas de gobierno”, reconoció una fuente oficial.
La presión también recae sobre el representante del Poder Ejecutivo en la Magistratura, Hernán Ordiales, a punto tal que en el Gobierno se comenta la posibilidad de reemplazarlo por un integrante de La Cámpora si es incapaz de destrabar el nombramiento de los jueces. “La Presidenta lo respalda”, desmintió otro vocero de la Casa Rosada.
Ordiales levantó su perfil e intensificó su protagonismo al secundar a Alak en la conferencia donde el kirchnerismo arremetió contra “la minoría”.
Paralelamente, el secretario de Legal y Técnica de la Presidencia, Carlos Zannini, acusó al Grupo Clarín de “tratar de voltear al Gobierno antes de cumplir” con la Ley de Medios.
Los consejeros críticos pretenden devolver el concurso de selección de los nuevos magistrados a la Comisión de Selección para su revisión.
Se sienten amenazados hasta el extremo y son recelosos incluso de los vuelos que toman, por temor a que una demora intencionada los deje fuera de las reuniones donde se decide el nombre del juez.
Entre los oficialistas también se encuentra presionado el representante académico, Manuel Urriza, consejero de trayectoria peronista que ha sido duramente cuestionado en los últimos días por varias universidades que le habrían hecho llegar su descontento ante “el atropello que ejerce el Poder Ejecutivo sobre la democracia, la división de poderes, y su búsqueda de aniquilar la libertad de expresión”.
Las críticas lo llevaron a tomar distancia del ministro de Justicia, Julio Alak.
Nadie se ha librado de la tensión, y el foco principal recayó en el representante de los jueces, Ricardo Recondo, a quien el Gobierno señaló como el líder de una “organización judicial para beneficiar a grupos fácticos y atentar contra el Estado de derecho”, según dijo el senador kirchnerista Marcelo Fuentes.
El recelo de Recondo fue tal que logró una reunión con el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, para llevar sus quejas. En el encuentro trataron las posibles soluciones al conflicto y debatieron los frentes políticos a sortear.
El Gobierno optó por ir a fondo. Alak anunció que recusará al juez federal Raúl Torti, nombrado subrogante en las causas de trámite en el Juzgado 1, donde se lleva adelante la causa Clarín, por haber fallado a favor de la empresa Fibertel, ligada a dicho Grupo.
Su antecesor, Raúl Tettamanti, abandonó el juzgado denunciando que su familia había recibido “violencia moral” (ver aparte).
La puja derivó en la parálisis del Consejo, al menos en cuanto a su facultad para nombrar nuevos magistrados. El kirchnerismo fracasó en los últimos intentos por lograr quórum.
La semana próxima habrá un nuevo intento. Y entonces se verá si la fractura y el enfrentamiento se ahondaron o un acuerdo trae aires nuevos.

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