domingo, 5 de agosto de 2012

"Los socialistas no estamos discutiendo estrategias electorales"

El ex intendente rosarino y secretario general del Partido Socialista en Santa Fe evitó entrar en debate con la UCR sobre los próximos comicios. Miguel Lifschitz no ve una contradicción en las distintas posiciones de Hermes Binner y Antonio Bonfatti ante la Casa Rosada.
La Capital | 
A Miguel Lifschitz su doble condición de secretario general del Partido Socialista en Santa Fe y único representante de su partido en el Senado provincial lo ha posicionado en referente indiscutido del oficialismo.
"Los socialistas estamos en otra discusión, no estamos analizando estrategias electorales", sentencia el senador por el departamento Rosario cuando se lo consulta sobre los prematuros escarceos protagonizados por los radicales Mario Barletta (titular partidario) y Jorge Boasso (edil rosarino) de cara al 2013.
Al analizar la administración encabezada por Antonio Bonfatti, Lifschitz considera que la provincia no puede ser analizada "aisladamente sino en el marco de una situación compleja como la que se viene dando en el primer semestre del 2012". Y remarca que "la situación de Santa Fe es buena en relación con el resto de las provincias".
El ex intendente rosarino desmiente a los que hurgan en las supuestas paradojas entre las ácidas críticas de Hermes Binner al gobierno nacional y la actitud dialoguista con la Rosada por parte del gobernador Antonio Bonfatti. "No hay dos estrategias en el socialismo, son actitudes naturales de quién será sin dudas nuestro candidato a presidente en 2015 y de alguien que tiene la responsabilidad de gobernar la provincia", aseveró en diálogo con LaCapital.
—¿Cómo ve la situación de la provincia?
—La situación provincial no puede analizarse aisladamente sino en el marco de una situación compleja como la que se viene dando en el primer semestre de 2012, con una actividad económica que ha entrado en un proceso de retracción. Y esto impacta no sólo sobre el clima social, sino en la recaudación nacional y provincial. También hay un impacto inflacionario que erosiona los salarios y los ingresos fijos, pero también en muchos casos los recursos de las administraciones públicas provinciales y locales, que tienen ingreso que no se actualizan automáticamente. Esto determina obviamente una mayor dificultad en la disposición de recursos del gobierno. A pesar de este escenario, si se quiere más complicado que el año anterior, la situación de Santa Fe es buena en relación con el resto de las provincias argentinas. No tiene prácticamente endeudamiento, ha podido afrontar sus compromisos salariales, jubilatorios, en gasto corriente, en salud y educación sin dificultades ni recurrir a financiamiento externo ni ayuda del gobierno nacional como ocurre con el resto.
—¿Cierran en ese marco los números del proyecto de reforma tributaria que aprobó el Senado?
—No sabemos cómo va a terminar este proyecto cuando pase el debate en Diputados. Objetivamente lo que salió del Senado significa la mitad de los recursos que se preveían obtener en el proyecto original. Pero además de la cifra y la magnitud, las modificaciones han cambiado el criterio de progresividad que tenía el mensaje del gobierno con el objetivo de lograr una estructura tributaria, sobre todo en el impuesto inmobiliario, que es un impuesto al patrimonio, con una estructura más equitativa que ajustará a los que tienen propiedades de mayor valor. Esto ha quedado desvirtuado por el Senado, que eliminó este criterio de progresividad y mantiene la actual estructura impositiva. Lo cierto es que no hay certeza sobre lo que sucederá ahora en Diputados donde habrá que ver el nivel del consenso que hay en el justicialismo sobre lo aprobado por el Senado.
—¿Ustedes creen que la convocatoria al ministro de Economía Sciara por parte de los diputados está justificada?
—No creo que el ministro tenga dificultades en concurrir a la Cámara para brindar más datos o abundar en algunos temas porque la mayoría de los legisladores conoce los números de la provincia pero cualquier cosa que sirva para avanzar con el proyecto es positiva.
—¿Qué lectura hace el socialismo de las posiciones que hicieron públicas algunos dirigentes radicales sobre las elecciones de año próximo?
—El socialismo está en otra discusión, no estamos analizando todavía estrategias electorales. Estamos muy dedicados a relanzar el funcionamiento partidario tanto a nivel nacional como en la provincia, fortaleciendo el desarrollo político en todo el territorio y estableciendo un marco de diálogo con todas las fuerzas políticas que integran nacionalmente el FAP. En la perspectiva de las elecciones legislativas del año que viene, tendremos una estrategia a nivel nacional y, dentro de ese marco, se establecerán las estrategias provinciales. Por lo cual, todo debate sobre cuestiones de alianzas quedará postergado hasta el año próximo. Obviamente que a nivel provincial, respecto a la elección de concejales y presidentes de comunas, nuestra idea es sostener la estructura del Frente Progresista. Por lo demás, las declaraciones (de Barletta y Boasso) son cuestiones internas del radicalismo que no involucran de manera particular al Partido Socialista. Nosotros en Santa Fe profundizaremos el trabajo dentro del Frente y vamos a concurrir en el marco legal vigente de internas abiertas, donde cada partido debe definir sus estrategias.
—Un reiterado reclamo que se escucha de parte de los radicales es la institucionalización de la coalición de gobierno. ¿Usted lo reconoce como una deuda pendiente?
—La institucionalización del Frente Progresista avanza en la medida que se va logrando un consenso y se van profundizando los acuerdos entre los partidos que lo integran. Creo que hemos avanzado muchísimo desde el 2007 hasta aquí. De hecho, acabamos de poner en marcha en Rafaela la mesa del Frente en el departamento Castellanos; a nivel legislativo hemos conformado bloques únicos y hay tres ministros radicales trabajando en el gabinete provincial. Siempre hay cosas que corregir, pero el Frente Progresista es un ejemplo en la Argentina, no hay otra experiencia de una coalición política que haya transitado a través de procesos electorales y gestiones de gobierno tanto a nivel provincial como local.
—A usted suele ubicárselo políticamente como el referente que modera entre las posiciones críticas al gobierno nacional de Hermes Binner y la posición más dialoguista del gobernador Bonfatti. ¿Cómo toma esas opiniones?
—No hay dos estrategias en el Partido Socialista. Tenemos muchas diferencias con el gobierno nacional que se expresan a través de nuestros legisladores, dirigentes y del propio Hermes Binner, que indudablemente es nuestro candidato a presidente para en las elecciones de 2015. Lógicamente, para quiénes tienen responsabilidades de gobierno, como le toca hoy a Antonio (Bonfatti) y me tocó a mí como intendente de Rosario, resulta lógico que se busque una actitud de diálogo, porque muchas iniciativas se deben articular necesariamente con el gobierno nacional. Esto es algo natural y no supone que haya dos estrategias políticas del socialismo.
—En el orden provincial, ¿cómo percibe el clima con la oposición justicialista, que tiene el predominio legislativo?
—Hasta ahora hemos logrado mantener un buen nivel de diálogo. Si bien no hubo grandes proyectos legislativos, salvo la reforma tributaria o la autorización para emitir letras, percibimos una actitud de tratar y discutir todos los temas. Esto ha tenido que ver también con una vocación de diálogo tanto del gobierno como de la Legislatura para aceptar otros criterios y conducirnos por el camino del diálogo y una razonable convivencia, que esperamos se sostenga en el tiempo, sobre todo en un año complejo como será el próximo.

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