Dos alumnos de la FICH- UNL
fueron becados para facilitar la prosecución de sus estudios, y un
tercero recibió una beca para continuar con el desarrollo de su
investigación relacionada con la producción de bioetanol.
En el marco de la convocatoria 2012 a Becas Universitarias
Externas y Becas de Innovación Tecnológica, otorgadas por la Fundación
Nuevo Banco de Santa Fe, tres estudiantes de la Facultad de
Ingeniería en Ciencias Hídricas de la Universidad Nacional del Litoral
resultaron beneficiados.
Por un lado, Franco Sobrero, de Ingeniería en Agrimensura, y
Cristian Yones, de Ingeniería en Informática, fueron becados para
facilitar la prosecución de sus estudios. En tanto, Kevin Schanton, de
Ingeniería Ambiental, recibió una beca de innovación tecnológica por
su trabajo "Producción de bioetanol como estrategia de bajo impacto
ambiental para el tratamiento de efluentes de la industria gaseosa",
dirigido por el Dr. Miguel Isla y codirigido por el Dr. Raúl Comelli.
El objetivo de este último tipo de beca es apoyar el desarrollo y
la creación de nuevos emprendimientos con fuerte base tecnológica e
importante inserción regional, a fin de estimular la incorporación de
nuevas tecnologías en la sociedad, favorecer e incentivar la cultura
innovadora y promover la vinculación entre las universidades y el
sector social-productivo regional, articulando el conocimiento con la
producción.
Innovación de bajo impacto ambiental
El proyecto presentado por Schanton plantea considerar los
efluentes de la industria de gaseosas --en particular aquellos
generados por operaciones de "descarte"-- como medios para la
fermentación alcohólica mediada por levaduras, lo cual permitiría
reducir la carga orgánica de dichos efluentes y obtener como producto
de valor agregado un biocombustible de alta demanda: bioetanol.
"Los efluentes de la industria de gaseosas contienen azúcares
simples que son responsables de la alta carga orgánica de dichos
efluentes. Los costos de almacenamiento y las operaciones de
tratamiento a que deben ser sometidos previo a su disposición final
representan un gran problema desde el punto de vista económico y
ambiental”, argumenta el estudiante de Ingeniería Ambiental de la FICH,
tras concluir que “asumiendo un descarte del 2% de las gaseosas
comunes, su destino para la producción de bioetanol permitiría obtener
alrededor de 3.000 toneladas por año del mencionado biocombustible, a
partir de una fuente no convencional, en forma sustentable y
aplicando una estrategia de bajo a nulo impacto ambiental”.
Prensa FICH-UNL – prensa@unl.edu.ar
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