La Cámara de Diputados de Santa
Fe, por iniciativa de la diputada provincial Griselda Tessio declaró su
reconocimiento al señor Eric Domergue con motivo de su incansable lucha
por el respeto a los Derechos Humanos, y en ocasión de la presentación
de su última obra, “Huesos Desnudos” (Ed. Colihue).
Han sido varios los actores de esta historia cincelada de sueños,
juventudes, utopías, y también dolores, búsquedas, ausencias y muerte.
Pero tal vez, principalmente, el rasgo más relevante sea la incansable
lucha dada por Eric Domergue para encontrar ni más ni menos que a su
hermano Yves.
De nacionalidad francesa, ambos residían en Buenos Aires con sus
padres y resto de la familia en aquellos años ’70 de efervescencia
política. En 1974 retornan a Francia, quedando en nuestro país Yves, el
mayor de los nueve hermanos, quien estudiaba en la Universidad de Buenos
Aires.
Durante el mes de septiembre de 1976, Yves viajó a la ciudad de
Rosario, avisando a uno de sus hermanos que regresaría pronto. Pero
nunca lo hizo. Su desaparición fue una de las tantas que a diario se
sucedían macabramente en nuestro país.
Gracias a testimonios coincidentes recabados por su familia, se
pudo reconstruir que Yves Domergue y su compañera Cristina fueron
secuestrados por la patota de Feced, y llevados al Batallón 121 de
Comunicaciones de Rosario.
Transcurrieron los años en esta historia, y en el 2003, un grupo de
alumnos de 5º año de la Escuela Pablo Pizzurno, de Melincué, trabajaron
en un informe con la profesora Julieta Cagrandi, sobre esos dos N.N.
que estaban enterrados en el cementerio del lugar, y que eran parte del
relato cotidiano. Ese informe llegó a organismos de derechos humanos, y
en 2008 gracias al entrecruzamiento de datos de fondos documentales
realizado por la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Santa
Fe, se pudo corroborar la hipótesis de que se trataba de los restos de
Yves Domergue y Cristina Cialcieta.
El señor Eric Domergue presentará en Melincúe su novela de genero
“non fiction” llamada “Huesos Desnudos”, en la que relata la historia de
su familia y luego de su hermano Yves y de todo lo sufrido hasta hallar
sus restos para poder decir “Aquí descansan Yves y Cristina”.
Es una novela de alto contenido narrativo, plena de recursos, y de
una gran dimensión histórica y política. Es un homenaje al coraje que
trasciende el sujeto para tornarse colectivo.
Y, como ha dicho el poeta uruguayo Mario Benedetti: “ocurre que el
pasado es siempre una morada, pero no existe olvido capaz de demolerla”.
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