lunes, 6 de febrero de 2012

TENIA 14 AÑOS/SANTA FE: No soportó que le prohibieran ir a bailar la noche del sábado

Un nuevo drama que enluta a una familia del barrio San Lorenzo se desarrolló en una vivienda de calle Uruguay, en el el sector conocido como El Arenal.

 Una contrariedad que alteró los planes de un adolescente -tropezó con la negativa de sus mayores cuando pidió permiso para asistir a un local nocturno el último sábado-, derivó en una tragedia que ahora enluta a una familia del barrio San Lorenzo.

El chico, de 14, años quería salir de su casa ubicada en el Arenal -Uruguay al fondo-, para concurrir junto a un grupo de amigos a un establecimiento nocturno, pero como no logró que la puerta se abriera para él, buscó refugió en la soledad de su dormitorio.

Un poco más tarde alguno de los familiares del chico ingresó al cuarto y regresó espantado pidiendo ayuda. El menor se había colgado por el cuello y pendía de un tirante del techo.

En medio de la desesperación que ganó a todos los presentes el chico fue desatado y con la urgencia del caso fue llevado al hospital José María Cullen, pero al llegar a ese nosocomio los facultativos comprobaron que había dejado de existir.

El triste suceso se desarrolló en medio de un vecindario donde los niños y adolescentes son víctimas frecuentes de episodios de violencia extrema por el uso de armas de fuego, además de los choques que a cualquier hora del día o de la noche sostienen las bandas juveniles por diferencias en negocios ilícitos.

Sin más, el último viernes, en la misma calle Uruguay un chico de 15 años sufrió una grave herida en una de sus piernas cuando de un revólver de grueso calibre, un Colt Special que manipulaba en una vivienda situada a la altura del 3800, escapó un tiro en forma accidental. El proyectil, un plomo del 38, recorrió todo el largo de la pantorrilla.

Como se recordará dos meses atrás -el 23 de noviembre de 2011-, también en el Arenal de San Lorenzo el niño Marcos Benitez, de diez años de edad, perdió la vida al ser alcanzado en la cabeza por un disparo que, en medio de la noche, partió de una pistola 9 mm. Por ese crimen la policía apresó a un hombre -el sospechoso principal-, y lo llevó a Tribunales, donde será juzgado.

En ese contexto se entienden las restricciones impuestas por los mayores como dirigidas a preservar la integridad de niños y adolescentes, pero también sugieren esas medidas, la odiosa contrariedad que sufren los chicos cuando sin medir riesgos desesperan por ir de detrás de sus amigos y compañeros de andanzas.

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