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miércoles, 29 de febrero de 2012

SANTA FE: Mil días de búsqueda y ninguna respuesta

Natalia Acosta desapareció el 29 de mayo de 2009, este miércoles cumpliría 24 años. Hace 1005 días que su familia emprendió una desesperada búsqueda y todavía no han encontrado respuestas.

“Parecería que Natalia se esfumó de la faz de la tierra, ésa es la única forma de describir las poquísimas novedades que hemos tenido sobre su paradero desde el día en que no volvió a su casa. El juez, el fiscal, la Secretaría de Derechos Humanos, todos nos dicen que están trabajando en encontrarla. Pero para nosotros, con el dolor que sentimos ahora, nada alcanza”, contó ayer a Diario UNO la mamá de la joven, María Cristina.


Este miércoles a las 10, en uno de los días más tristes para la familia Acosta, realizarán una volanteada en la puerta de la Casa de Gobierno: “Queremos que aparezca con vida y queremos que aparezca ya”, insistió la mujer. Natalia tenía 21 años cuando fue vista por última vez en el barrio de Recoleta. Fue durante la madrugada del 29 de mayo del 2009, en la intersección de las calles 25 de Mayo y Suipacha.


“Lo último que sabemos de ella es que estuvo hasta la 1.30 en la esquina de 25 de Mayo y Suipacha, porque había otra chica trabajando con ella. Desde entonces, sólo se recuperó su teléfono celular”, resumió María Cristina. Junto con Ariel, el padre de la joven, indicaron que el paso del tiempo los indigna, pero que mantienen intacta la fe: “Sabemos que Natalia está con vida, en algún lugar. Tuvimos pistas y siempre las comunicamos a la Justicia para que puedan investigar cada dato. Este fin de semana se allanó una whiskería ubicada en la ruta 70, a donde nos dijeron que podría haber estado”, insistió María Cristina. La última vez que la vieron, Natalia vestía una campera negra inflable con capucha con corderito, un jean celeste y botas negras.


Una taza de café
—¿Creen que hay alguien que puede tener más información sobre Natalia y no lo está diciendo?


—El que puede saber algo más es el concubino de Natalia. Lo llamaron a declarar y dijo que no sabía nada, pero creemos que puede aportar más información. También la hermana de él y la mujer del primo de este muchacho. Ellas también la conocían a Natalia y trabajaban con ella. A esa gente tienen que volver a indagarla.


“Durante la investigación, nos hemos enterado de personas que ayudaron a nuestra hija. Una mujer que atiende una farmacia cerca de la zona donde estaba Natalia me dijo que hablaba con ella y que le daba algún calmante cuando le dolía la muela. Y otra señora, de una florería, me contó que cuando hacía mucho frío y la veía sola le daba una taza de café. Esos pequeños gestos para mí son muy profundos y estoy muy agradecida”, finalizó Cristina.

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