Los padres son testigos de
Jehová y se negaban a esa práctica. Los médicos recurrieron a Tribunales
y un magistrado entendió que había que privilegiar el derecho a la
vida.
Se privilegió “el derecho del niño a la vida”. Así explicó el
defensor general Alberto Plana, en diálogo con el programa A diario de
Radio 2, la decisión de la Justicia de obligar a realizar una
transfusión de sangre a un bebé que nació prematuro y cuyos padres se
negaban por ser testigos de Jehová.El pedido para que, ante la negativa
de los padres, inteviniera la Justicia lo formularon los médicos del
servicio de Neronatología del Hospital Español y recayó en el Juzgado de
Familia Número 5 en feria, a cargo de Marcelo Molina.Plana dictaminó
que había que responder afirmativamente el pedido y luego salió la orden
del magistrado.“Había una incompatibilidad entre los intereses del bebé
y las creencias de sus papás. Se evaluó que la criatura estaba en
situación de peligro y se resolvió en función del derecho a la vida, sin
desmerecer las creencias religiosas”, afirmó Plana.
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