Pedían por el extraño homicidio
de Juan Pablo Fadus en un ataque sin testigos en barrio Bella Vista.
Terminó con insultos a policías, destrozos en la seccional y reproches
por inseguridad zonal.
Unos 300 vecinos se reunieron
ayer a la mañana frente a la comisaría 13ª para exigir explicaciones
por el asesinato de Juan Pablo Fadus, de 25 años, ocurrido el sábado
pasado en la esquina del pasaje Gordillo y Constitución, a escasos 120
metros de la seccional de calle San Nicolás al 2000. Lo que había
comenzado como una manifestación pacífica terminó en una crispación
generalizada cuando los asistentes ingresaron a la guardia de la
comisaría a buscar un interlocutor y una empleada policial exhibió una
cámara digital para sacarles fotos. Si los ánimos estaban caldeados a
esa altura, el gesto encendió aún más los ánimos.
Primero fue el titular de la 13ª, el
comisario Marcelo Bazán, quien habló con los manifestantes. Sus
respuestas no satisficieron a los vecinos. Entonces fue el turno del
comisario Inspector Santos Aranda, jefe de la Inspección 1º Zona, quien
enfrentó insultos airados y expresiones de hartazgo por la inseguridad
en el barrio Bella Vista. "Se está trabajando" y "entiendo su reclamo",
fueron las frases que reiteró el comisario Aranda durante la mañana ante
vecinos que lo increpaban casi cara a cara en una situación de
imposible diálogo.
El momento más emotivo fue cuando la
tía de Juan Pablo Fadus se acercó a la montonera que rodeaba al jefe
policial y lo tomó de la mano. Le dijo que llegaba a pedirle que
investigaran el crimen del muchacho "porque ustedes también son parte de
la Justicia", dijo la mujer.
"Que venga el fiscal".
Los reclamos parecían atenuados pero la voz ronca de un vecino volvió a
fraguar los ánimos. "Señores, señores. Si el comisario no sabe o no
puede hacer nada que venga el fiscal y hable él", gritó. E
inmediatamente el reclamo fue respaldado por un cántico unánime.
Fue entonces que se negoció vía celular
que el fiscal Aníbal Vescovo recibiera a cinco representantes de los
manifestantes, preferentemente familiares de Fadus. Ya por la tarde los
jefes policiales hicieron de nexo para que el secretario de Seguridad
Pública, Marcos Escajadillo, recibiera a una comitiva de allegados de
Fadus en el edificio de Gobernación.
El reclamo. El reclamo
razonable por el que llegaron los vecinos quedó en segundo plano ante
el modo en que algunos de ellos increparon al personal policial.
"Entraron a la guardia, arrojaron
sillas y dieron vuelta un escritorio. Hasta rompieron una puerta placa",
explicó un oficial de Orden Púbilco luego de los incidentes. "¿Cómo nos
sacan fotos como si nosotros fuéramos delincuentes? ¿Nos quieren
apretar?", dijo indignada una mujer. Al mediodía uno de los
manifestantes colgó fotos de ese momento en una cuenta de facebook. El
comisario inspector Aranda fue interlocutor de un diálogo imposible
donde casi siempre recibió agravios verbales.
Sobre el caso Fadus los vecinos
mostraron su furia sobre dos puntos. Que en un primer momento desde la
policía se hubiera hablado de que el muchacho fue víctima de un ajuste
de cuentas. Y por qué el móvil que trasladaba al muchacho moribundo
hubiera recibido una orden de llevarlo al hospital Carrasco en lugar del
Heca. Sobre lo primero Aranda dijo desconocer de dónde había salido esa
versión (que este diario nunca recogió). Sobre lo segundo no llegó a
completar la respuesta. "El comisario no pudo explicarnos por qué lo
llevaron al Carrasco, que es un hospital que no tiene elementos de
complejidad, si lo hubieran llevado al Heca por ahí le salvaban la
vida", dijo indignado otro manifestante.
"Ustedes saben dónde están los choros.
Vayan a buscarlos, vagos", gritó un muchacho. "Acá en esta cuadra hay
dos quioscos de drogas, ¿eso ellos no lo saben?", vociferó una mujer.
"Uno viene a denunciar un robo y ellos te dicen que no tienen móviles.
La noche que mataron a Juan Pablo en la comisaría había un vigilante y
dos policías mujeres. Ellas fueron al lugar donde estaba tirado Juan y
el otro se quedó cuidando los presos", dijo una mujer mayor.
El reclamo. "Sufrimos
robos todos los días. No tienen móviles. Robaron un ciber al lado de la
seccional y la panadería en la misma cuadra. Ellos saben quienes son los
delincuentes", gritó otra doña. "Si no pueden darnos seguridad que
cierren la comisaría, porque la estamos pagando con nuestros impuestos",
opinó un vecino. Cuando la comitiva de cinco integrantes fue a hablar
con el fiscal Vescovo, la manifestación comenzó a dispersarse. Antes del
final se oyó un emotivo "¡Juan Pablo, presente!", en el grito de
Florencia, la novia del muchacho asesinado.
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