La \"Lepra\" perdío 2-0 con los
dirigidos por Julio César Falcioni en un partido chato y con pocas
ocasiones. Los de Martino tuvieron algunos momento de buen fútbol pero
se encontraron con una defensa impenetrable que supo neutralizar todos
los ataques. Cuando faltaba un minuto para el descanso, Cvitanich marcó
el primer gol, mientras que a los 80, Riquelme anotó el segundo de tiro
libre.
Acaso porque no tenga mejor materia prima, Gerardo Martino
planteó el partido para defender. Siempre pensó en contener a Juan Román
Riquelme y a Walter Erviti. Y encima cuando Newell’s ensayó una
respuesta en el complemento que lo acercó al empate, Sebastián Peratta
regaló su palo y Riquelme sentenció el pleito.
Boca estuvo verdaderamente neutralizado sólo durante los primeros quince
minutos de juego, en los que Newell’s intentó jugar de igual a igual y
disputar el dominio. Pero tras la primera aproximación xeneize (un
remate de Pablo Mouche que contuvo Peratta sin problemas),la Lepraempezó
a retroceder en el campo y ceder la iniciativa. Encima, cuando lograba
salir, las posesiones eran tan efímeras que Boca recuperaba el control
prácticamente enseguida.
Newell’s nunca volvió a tener el control del partido. No supo mantener
lo que hizo en el comienzo, probablemente porque la jerarquía boquense
se impuso casi por decantación. Riquelme estuvo verdaderamente activo e
hizo daño.
Lucas Bernardi puso su oficio a disposición del Rojinegro para intentar
equilibrar el dominio. Hasta donde le dio el físico, arriesgó con pases
profundos, buscando sorprender a una defensa que nunca lució
invulnerable. De hecho, Newell’s se aproximó y hasta pudo haber marcado
con un cabezazo de Maximiliano Urruti en el final de la primera parte.
Lamentablemente para Newell’s, Bernardi no tuvo compañía. Víctor
Figueroa hizo más en defensa que en ataque, Mauricio Sperduti se la pasó
chocando, Leonel Vangioni entró mucho en el roce y a Urruti el partido
pareció quedarle grande.
En el final de la primera parte, Boca abrió el marcador. Tras un error
de Carlos Maglio en ceder un lateral que era para Newell’s, Clemente
Rodríguez ensayó un disparo desde lejos, Bernardi quedó enganchado en la
derecha y Cvitanich sólo la tuvo que empujar.
Newell’s siempre tuvo miedo a soltarse. Y ni siquiera una buena llegada
en el arranque del complemento, que terminó con un cabezazo defectuoso
de Vangioni, lo incentivó a ir por más. Los cambios de Martino tampoco
incidieron demasiado. Pero cuando la cosa volvió a equilibrarse, Peratta
se equivocó en la teoría y Riquelme puso el 2-0, con el que sepultó la
esperanza rojinegra.
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