Ken Grenda, presidente de la compañía australiana de transportes Grenda, decidió repartir esa gigantesca cifra entre sus 1.800 empleados para premiarlos por su dedicación al trabajo y lealtad, “fundamentales para el éxito de la empresa”, según afirmó.
Todos, desde los ejecutivos hasta los conductores, pasando por los empleados de mantenimiento recibieron su aguinaldo “por contribuir al éxito de la empresa”, según explicó el empresario al canal de televisión australiano Ten.
La mayoría de los trabajadores se puso en contacto con su banco dando por hecho que la inusual cantidad depositada en sus cuentas corrientes era un error.
El dinero proviene de los beneficios que la familia Grenda obtuvo de la venta de parte de sus acciones en la compañía a inversores externos.
“Una empresa llega a ser todo lo buena que es por la gente que trabaja en ella, y nuestros empleados son fantásticos”, reconoció un exultante Ken Grenda.
El empresario asegura sentirse orgulloso de contar con “dos generaciones de la misma familia” trabajando en la empresa. Además, quiso recordar “a un compañero que lleva 52 años acudiendo cada día a su puesto de trabajo”, y al que premió con el mayor aguinaldo.
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