jueves, 9 de febrero de 2012

El misterio de la Virgen de Itatí que llora en Rafaela ya lleva más de un mes

Sin una respuesta concreta, cientos de fieles llegan a ver la “Virgen que llora”. A continuación te mostramos fotos y una nota en video realizada para América Noticias. 



 

El pasado 2 de febrero se cumplió un mes desde que la virgen de Itatí, ubicada en una casa del barrio Villa Dominga comenzó a llorar, según relata la dueña de la figura, Raquel, y muchos de los que asisten diariamente a encontrar “paz”.


La “virgencita”, como le dicen muchos de los peregrinos que la visitan, día a día no para de sorprender a propios y extraños. Tal es así, que el prestigioso canal de televisión, América en Buenos Aires, decidió realizar un informe sobre la Virgen y los misterios que hay detrás de su llanto. La nota, que pudo verse en dos ediciones del noticiero central de América Noticias, que conduce Guillermo Andino, fue preparada por los periodistas de UNORafaela, que desde el 2 de enero, día en que comenzó a llorar la virgen, trabajan el tema.Así, los rumores y creencias sobre Itatí aumentaron y sus lágrimas llegaron a todo el país.


El asombro crece día a día y la gente que se acerca a la humilde casa de calle Buffa al 1200 no deja de sorprenderse. Sin embargo, la mayoría de los visitantes refieren a palabra como “paz” y “mensaje”. Para muchos, el llanto de la estatua de la Virgen, que mide aproximadamente 60 centímetros de alto, es una señal de que los humanos debemos vivir en armonía con el prójimo.


Raquel, la dueña, se vino desde la localidad de Recreo, expulsada luego de haber perdido todo junto a su familia tras la trágica inundación que afectó la ciudad capitalina y varias localidades vecinas en 2003. Ahora en Rafaela vive junto a su esposo Néstor (42), sus hijas Susana (25) y Solana (9) y su nieto Santino (3). Leonardo (21), el hijo varón del matrimonio.


Llora todo el día: "Esto es así durante todo el día" explicó Raquel y aclaró que debieron fijar horarios de visita para amortiguar el impacto de tener gente en su casa permanentemente. "Ya no tenemos tiempo para charlar con mi esposo. Desde que esto comenzó, el 2 de enero, nuestra vida cambió por completo. No queremos que nadie se quede sin ver a la Virgen pero necesitamos tiempo de descanso".


Raquel no era demasiado creyente hasta que pasó esto y entiende el hecho como un mensaje de Dios para que se modifiquen algunas situaciones de violencia u hechos trágicos que vemos todos los días. "Ahora aprendí el Padrenuestro, el Ave María y el Gloria, de tanto rezar el Rosario, cuando comienza el horario de visita, a las 7.30".

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