lunes, 16 de enero de 2012

Italia: batalla contra reloj para encontrar a 16 desaparecidos del naufragio

Los bomberos, que trabajaron toda la noche, hallaron el lunes el sexto cadáver de un pasajero. Llevaba salvavidas y estaba en la parte aún emergida de la embarcación.

El domingo, los submarinistas italianos habían encontrado dos nuevos cadáveres en el Costa Concordia, que yace recostado sobre su flanco derecho. Se trata de personas de edad que se encontraban en las cabinas cuando el crucero chocó contra una roca. Según medios de prensa locales, eran un español y un italiano.

Antes del hallazgo de estas nuevas víctimas, se había informado de la muerte de otras tres personas (un tripulante peruano y dos turistas franceses) y de unos 40 heridos, dos de ellos, graves. Nueve pasajeros, uno de ellos un niño, según dijeron medios italianos, y cinco tripulantes aún se encuentran desaparecidos tras el desastre ocurrido frente al turístico puerto toscano de Giglio. A su vez, el número de extraviados creció porque dos sicilianas, originalmente enlistadas entre los evacuados, no han contactado a sus familiares.

Entre las personas que aún no han sido localizadas también se encuentra la peruana Erika Soria, de 26 años, miembro de la tripulación, a quien se la vio saltar a una de las lanchas de salvamento, pero después se le perdió el rastro y no se encuentra alojada en ninguno de los hoteles en los que se encuentran sus compatriotas.

Hasta ahora fueron rescatados dos jóvenes surcoreanos que estaban de luna de miel y un italiano, comisario de a bordo, indicó a la agencia AFP una fuente de la capitanía del puerto de Santo Stefano, frente a Giglio.

Los bomberos explicaron que las búsquedas en el Costa Concordia son complicadas por la inclinación del barco, que está recostado sobre uno de sus flancos y semisumergido. Toda una serie de obstáculos bloquean el paso: puertas cerradas, escaleras rotas y elementos de mobiliario amontonados.

La embarcación encalló en un banco de arena. Había salido un día antes de la ciudad costera de Savona (norte) con escalas previstas en Civitavecchia (centro), Palermo (Sicilia), Cagliari (sur), Palma de Mallorca (España), Barcelona (España), y Marsella (Francia), para después volver de regreso a Savona. A bordo viajaban pasajeros italianos, alemanes, franceses y latinoamericanos, además de 1.000 miebros de la tripulación.

Al momento del accidente, dos horas después de salir de Civitavecchia, el buque se encontraba en las cercanías de la isla de Giglio y la mayoría de los pasajeros cenaban. De repente se fue la luz y se sintió un golpe y un gran estruendo. Los pasajeros fueron advertidos por el capitán de que se trataba de un problema eléctrico, se percataron de que la nave se estaba inclinando. Luego fueron invitados a ponerse el chaleco salvavidas y a subir al puente y situarse ante las lanchas de emergencia.

Se vivieron escenas de pánico y empellones a la hora de embarcar en las lanchas salvavidas. Las patrullas policiales y los bomberos de Civitavecchia y de Livorno fueron trasladando a los pasajeros a la isla de Giglio.

Los investigadores estaban trabajando en busca de pruebas en el equivalente de las cajas negras de los aviones para intentar precisar la secuencia del siniestro, ocurrido con el mar en calma y tiempo despejado.

El ministro de Defensa, Giampaolo Di Paola, un almirante naval, dijo que el desastre no parecía haber sido por factores naturales o técnicos. "Desde mi punto de vista hubo un grave error humano, que ha tenido consecuencias dramáticas y trágicas", dijo a la televisión estatal RAI.

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