Hace diez días, Litoral Gas detectó pérdidas y conexiones deficientes que ocasionaron la interrupción del servicio en varios monoblocks. Desde entonces, los vecinos controlan y reparan, con erogaciones que van desde los 300 a los 6 mil pesos.
De gas, caños, reguladores y conexiones. Desde que Litoral Gas detectó pérdidas e interrumpió el suministro en diferentes monoblocks de Las Flores II, el barrio no habla de otra cosa. Quienes tenían pérdidas quedaron sin servicio. Para recuperarlo deben readecuar sus instalaciones domiciliarias a la norma de seguridad vigente, con reformas que oscilan entre los 300 y los 6 mil pesos.
Todo parece indicar que las pérdidas que ocasionaron el corte fueron el indicio de un problema mayor: las conexiones domiciliarias de Las Flores II quedaron fuera de la norma de seguridad NAG 200 con que Litoral Gas rige actualmente sus conexiones. Estas irregularidades no habrían sido detectadas si no fuera por los controles que se realizan en estos días, necesarios para volver a brindar el servicio.
El gerente de Relaciones Institucionales de Litoral Gas, José María González, fue claro: “Cuando la empresa toma conocimiento de una irregularidad no la puede dejar pasar si implica un riesgo para la seguridad de las personas”. En este sentido, para la reconexión del servicio “los inspectores van a constatar que cuenten con los requerimientos correspondientes”. En detalle, las rejillas de ventilación, artefactos y conexiones de los mismos con materiales aprobados, ubicación de estufas y calefones.
González volvió a aclarar que Litoral Gas no inspecciona domicilios: el límite es hasta 20 centímetros de la línea de edificación. Destacó que “mantenemos la red pública que llega a los domicilios, no las edificaciones internas” y que, por tanto, la instalación corre por cuenta de los particulares.
Puertas adentro
En los monoblocks que aún no fueron controlados, los vecinos buscan evitar el corte. Se organizaron, contrataron gasistas matriculados para inspeccionar las conexiones y repararlas de ser necesario. Este control varía desde los 200 a los 800 pesos, según el caso.
Los vecinos reconocen que las intervenciones son necesarias para preservar su seguridad, pero también coinciden en que “se manejaron mal porque cortaron y no avisaron; no nos permitieron organizarnos ni en lo cotidiano y ni en lo financiero”, dijo Elba Volta.
Para María Laura Barco, del Monoblok 16, los gastos comenzaron el segunda día después del corte. “Tengo una nena, y la vida tiene que seguir” expresó, como anticipo del detalle: 200 pesos de un calefón eléctrico y 725 pesos por el cambio de regulador que compartió con otros dos vecinos (un total de 2900 pesos). Ahora junta recursos para enfrentar el gasto grande: los 6 mil pesos que le presupuestaron por cambiar las cañerías desde el medidor, en la planta baja, hasta el segundo piso, en reemplazo de los caños actuales que están fuera de la norma. “Vamos a tener que sacar un crédito”, se lamentó sin saber que también deberá colocar nuevas rejillas y revisar el funcionamiento y la conexión de su cocina y calefactor.
Con evidente indignación, Enrique Luis Casanova del edificio 6 lo dijo sin rodeos: “Acá no vive gente pudiente”. Si bien tiene gas, porque no se detectaron pérdidas en su torre, la prestadora le exige cambiar el regulador y las cañerías del edificio. Los presupuestos que consiguió valuaron la obra en, al menos, 27 mil pesos. Enrique aclaró que “la gente está de acuerdo en pagar pero no siempre puede” y expresó que “Litoral Gas debería financiar los arreglos contrafactura”. Está enojado y halla “culpas compartidas”. Por un lado, del barrio que “en 30 años no se preocupó por ésto”. Por otro, en Gas del Estado primero y Litoral Gas ahora, “que no hicieron mantenimiento ni controles en 30 años y exige todo del golpe”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario