jueves, 2 de mayo de 2013

ROSARIO: Ladrones armados le robaron la moto y 50 mil pesos al llegar a su casa


Pablo G. tiene 44 años y vive en Marcos Paz al 5200, en el barrio Azcuénaga. El martes a la noche un grupo de asaltantes le robaron su moto Honda Falcon NX4 y un bolso con 50 mil pesos y una tablet. Fue a punta de revólver y en la puerta de su casa. Pero no se trató de un robo de manual sobre una moto de interesante cilindrada y muy codiciada en el mercado de lo ilegal, sino que tuvo ribetes de iniciación para un precoz ladrón de menos de 16 años.
La Capital | 
Ladrones armados le robaron la moto y 50 mil pesos al llegar a su casa

 "Eran cuatro en dos motos y para mí fue un robo al voleo. Lo que me llamó la atención es que el pibito que me robó recibía las órdenes de otro muchacho que ni se bajó de la moto. Le decía «sacale el bolso, pedile la billetera, fijate que no tenga un fierro, pedile la llave de la moto». Y así hasta que el pibe se subió a mi moto y me preguntó: «¿Y esto cómo se arranca?»", recordó la víctima del atraco.
Una vez consumado el robo los ladrones se perdieron en el tránsito. Pero Tuky, como identificaron en el barrio al supuesto ladrón, no contaba con que la moto estaba dotada de algunos detalles de nuevas tecnologías. Es que la Falcon 400 tiene un sistema de alarma con sensor de presencia que hace que a una distancia predeterminada la moto se detenga y la alarma comience a sonar. Al maleante eso le pasó en Larrea y Cochabamba, a unas veinte cuadras del lugar del robo. "La moto se detuvo y empezó a sonar como si fuera un arbolito de navidad. Entonces los vecinos de ese barrio (el límite con Villa Urquiza) se le fueron encima y el pibe tuvo que hacer dos o tres disparos al aire para poder huir", relató Pablo.
Si bien Tuky no se quedó con el rodado, el bolso que le arrancaron a Pablo, donde además del dinero referido en la denuncia había una tablet, una chequera, tarjetas de crédito y la documentación de la la víctima y la moto, aún no apareció.
Un mal día. Pablo trabaja como reparador de vitrales y es intendente de un club náutico de la ribera rosarina. Vive en la cortada Marcos Paz, la más larga del mundo a los ojos de Roberto Fontanarrosa, entre Matienzo y Camilo Aldao. El martes no fue el mejor día en la vida del hombre. Reparando un tanque de agua sufrió una caída y debió ser asistido en un sanatorio. Tras realizarse unas placas radiográficas y ser examinado, se subió a su moto y emprendió el regreso a su vivienda. Diez minutos antes de las 21 estacionó el rodado en la vereda y se preparó para guardarlo en su casa.
"Cuando llegué vi que dos motos pasaban por Camilo Aldao. Al sacarme el casco vi que subían por la vereda y venían en contramano. Eran cuatro en dos motos: una 110 y una 125. Se detuvieron a unos 10 o 15 metros de donde yo estaba. No se qué pensé pero me saqué el casco, abrí la puerta, lo guardé y cuando salí para entrar la moto uno de los pibes se me vino al humo", recordó Pablo. "Era un pibito que si vos lo ves te dan ganas de pegarle un trompazo. Pero me apuntaba con un revólver y además estaban los otros tres. Y vos no sabés cómo te puede salir. Por ahí le pegas una piña al pibito y se te vienen los otros encima. O se van todos. No podés saber", explicó.
Pregunta y huida. A partir de ese momento comenzó el robo dictado. Quien parecía más avezado, sin bajarse de la moto, daba las órdenes. Y el pibito las llevaba a la práctica. Cuando el pibe que el barrio identifica como Tuky y vive al sur de Pellegrini y Felipe Moré preguntó "¿cómo se pone en marcha ésto?", llevó a una respuesta casi paternal de su víctima. "Si no le sacás el pie y la ponés en contacto, no te va a arrancar", le dije. Entonces la puso en marcha y se fueron por Camilo Aldao de contramano. Supongo que habrán agarrado por San Luis hasta Larrea y la moto se paró en Cochabamba y Larrea", señaló Pablo. Fue en ese lugar que el sistema de alarma se activó y puso en evidencia a los ladrones. "La moto se paró y la alarma comenzó a sonar. Entonces le arrancaron un par de cachas y le desconectaron la batería para que dejara de sonar". indicó.
"Los vecinos se dieron cuenta de que la moto era robada y se le fueron al humo al pibe, que hizo dos o tres disparos al aire para poder huir. ¿Sabés qué pasa? La gente ya está rota las pelotas de que pasen estas cosas y no se aguanta más. ¿Cómo me enteré que habían encontrado la moto? Unos pibes de la zona donde quedó encontraron unos papeles y vinieron a mi casa para avisarme. Me fui para allá, llegué y a los dos minutos llegaron tres móviles del Comando Radioeléctrico. Desde que me robaron hasta que fui a buscar la moto habrán pasado 20 minutos. Eso fue lo que demoró la policía en llegar", dijo, ofuscado, Pablo.

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