martes, 30 de abril de 2013

ROSARIO: Dos balazos en el pecho al tratar de recobrar una cartera robada


Ladrones armados asaltaron a una clienta de una heladería de Ovidio Lagos al 900 e hirieron a su novio. Un joven corrió a un ladrón que le había gatillado sin que saliera el proyectil. Al alcanzarlo recibió un par de disparos. Se recupera.
La Capital | 
Dos balazos en el pecho al tratar de recobrar una cartera robada

 Un hombre de 33 años fue baleado en el pecho el domingo a la noche luego de un asalto perpetrado por dos delincuentes en una heladería del macrocentro de la ciudad. Si bien los asaltantes habían logrado huir con una cartera de la novia de la víctima, el joven salió a perseguirlos luego de que uno de ellos le gatillara dos veces sin que saliera el disparo. Fue en esas circunstancias que el muchacho recibió un balazo y dos culatazos por parte de uno de los delincuentes y otro proyectil disparado desde el auto en el que huyeron —un cómplice los esperaba— con unos 4.000 pesos en efectivo, tarjetas, documentación y artículos electrónicos que había en el bolso sustraído.
El violento atraco ocurrió el domingo alrededor de las 20 en el local de la heladería Esther de Ovidio Lagos al 900. Según comentaron allegados a la víctima, que al cierre de esta edición estaba fuera de peligro en un sanatorio céntrico, había bastante movimiento de gente y vehículos en la calle al momento del atraco (ver aparte). En ese contexto, sorprendió la impunidad de los maleantes que a pesar de haber cometido el atraco no vacilaron luego en dispararle a sus víctimas.
Desde la Unidad Regional II señalaron ayer que el hombre que disparó "no proviene de un entorno marginal y está plenamente identificado".
Asalto y ejecución. El domingo a la tarde Pablo B. y su novia Lorena fueron a ver a la hija de él que bailaba en el teatro Mateo Booz, de San Lorenzo y bulevar Oroño. Luego de la función, alrededor de las 20.15, la pareja fue a tomar un helado a Esther.
"Hicimos el pedido y mientras estaban por servirnos los helados entraron dos chicas. Casi al mismo tiempo se metieron dos tipos y uno sacó un arma de fuego al grito de «esto es un asalto». Las chicas se pusieron a llorar y trataron de irse. Uno de los ladrones fue hacia la caja y el otro me puso un revólver en la panza y me dijo: «Dame la cartera o te quemo viva». Y le di el bolso sin resistirme", narró detalladamente Lorena sobre los primeros momentos del atraco, que ocurrieron en segundos.
La joven de 32 años añadió que luego de entregar su cartera al delincuente que la amenazó éste huyó corriendo de la heladería. Mientras tanto, el otro encaró a su novio y le exigió que le entregara el celular. "El se resistió y empezó a forcejear. Yo me metí a separarlos, le decía que lo dejara, que ya me habían robado. Pero en un momento nos encontramos los tres en la vereda, en la entrada del local. Mi novio y yo nos caímos al piso y entonces el ladrón nos gatilló dos veces con un arma cromada, pero no salió ninguna bala. Y se fue corriendo".
"Un muchacho que trabaja en la heladería me contó que no podía creer lo que veía. Parecía una ejecución que afortunadamente no se concretó", acotó el padre de Pablo mientras acompañaba la recuperación de su hijo, ayer a la tarde, en un efector privado.
Persecución. Lorena agregó que luego del asalto ingresaron otra vez a la heladería. "Me puse a llorar porque me habían robado todo", contó la joven apenada. Es que en la cartera llevaba celulares, una filmadora y una cámara de fotos, además de documentos, tarjetas y unos 4.000 pesos en efectivo que minutos antes habían extraído de un cajero para unas cuentas que debían pagar ayer.
"Pablo no sabía que me habían robado la cartera. Entonces pensó que como nos habían gatillado y el tiro no había salido el delincuente tenía el arma vacía y la había usado para asustarnos", añadió la joven al explicar por qué su novio salió a perseguir a los delincuentes.
El muchacho asaltado corrió por Ovidio Lagos hacia San Luis y luego dobló hacia Callao al notar que los delincuentes huían hacia allí. "El que me robó la cartera ya se había subido al auto, pero Pablo alcanzó al que nos había gatillado. El tipo volvió a dispararle y un balazo le pegó en el pecho, pero mi novio lo alcanzó y volvieron a forcejear. Entonces el ladrón le pegó dos culatazos en la cabeza y se escapó hacia Ovidio Lagos", detalló Lorena.
"Mi novio —continuó— fue hacia Callao porque había visto que el otro ladrón se subía a un Renault 12 naranja. Entonces le tiraron desde el auto y también le pegaron un balazo en el pecho".
Sangre y suerte. Producto de los dos balazos en el pecho —podrían ser calibre 32 largo— y los dos culatazos en el cráneo, Pablo quedó ensangrentado en la calle. Su novia lo subió en un taxi y lo llevó desesperada al Hospital Clemente Alvarez, donde ingresó a las 20.40. Luego de asistirlo por los dos disparos con orificio de salida y aplicarle ocho y cinco puntos de sutura en la cabeza, el joven fue derivado a un sanatorio céntrico.
"Las heridas fueron superficiales porque él justo se puso de costado cuando le dispararon. Sin embargo, uno de los balazos le pasó a un centímetro del corazón", contaba ayer el padre de Pablo, celebrando que a pesar de todo su hijo se encontrara vivo.
"Es lo único que importa", concluyó el hombre, y graficó su vivencia de la noche anterior: "Cuando me llamaron para decirme que fuera para el Heca porque a mi hijo le habían dado dos tiros en el pecho yo pensé que estaba muerto. Durante el trayecto desde mi casa hasta el hospital, que fueron varios minutos, pensé que estaba muerto. Volví a vivir cuando un médico me dijo que se iba a recuperar".

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