domingo, 28 de abril de 2013

Maravilla Martínez sigue siendo el dueño del cinturón de campeón mundial pese a todo


Las tarjetas dieron ganador al boxeador argentino por puntos, 115-112, y así sorteó con éxito la primera defensa del título de los medianos. El fallo fue polémico porque recién se impuso con claridad en los últimos dos rounds.
La Capital | 
Maravilla Martínez sigue siendo el dueño del cinturón de campeón mundial pese a todo

 El show estuvo antes, en la previa. Allí cuando Gustavo Santaolalla, con Bajofondo, le pusieron música al himno nacional. Allí cuando el cantante de Calle 13 se encaminaba junto a Maravilla hacia el ring. La fiesta estuvo antes. Con los fuegos artificiales, con la alegría y la emoción de la gente. Con Sergio Martínez saludando. Pero después, cuando la campana del primer round sonó, ahí el show terminó. Porque Maravilla no fue el mismo. Denotó que no estaba bien físicamente. Sus desplazamientos eran lentos. Su jab no era el pistón que fue demoliendo a Chávez juniors. Su recto de izquierda no tenía la misma potencia. Y sus golpes morían sistemáticamente en la guardia de Martin Murray. En paralelo, el inglés encontró rápidamente la pelea que se ajustaba a sus características. Por eso, tras derribar dos veces (una no se contabilizó) a Maravilla no se evidenciaba otro final que la supremacía del retador. Cuando todos habían visto una diferencia favorable al británico, Michael Buffer con su castellano atravesado por el inglés, anunció la victoria del quilmeño por 115 a 112, lo que bien puede considerarse como un veredicto localista. Maravilla no ganó, pero sigue ostentando el título mundial de los medianos (CMB).
  Está bien que la gente festeje. Se encuentra en su derecho porque ganó su campeón. El que quiso ser profeta en su tierra, a quien el jurado se lo permitió. Por eso sigue como el boxeador del pueblo.
  Martínez logró desarrollar su esquema en los tres primeros round, pero desde ahí su físico le pasó factura, sus rodillas no lo movían como él quería y sus puños no pegaban como deseaba. Y el inglés lastimaba con el uno-dos que siempre encontró en el cuerpo del local el blanco que buscaba.
  Por eso, su caída en el round 8 dejó en silencio a todo el estadio y generó una gran preocupación, la cual encontró recién un alivio en el último asalto, cuando Sergio mostró pasajes de lo que fueron los doce asaltos ante el mexicano Chávez. A partir del 7º se notó que Martínez sacudía su brazo izquierdo con gestos de dolor, pero a esa altura ya el desarrollo del combate lo mostró incómodo, impreciso y lento. Sin embargo, se mantuvo gracias a su guapeza y coraje.
  No obstante, todo sirve. De todo se aprende. Más en el boxeo. Porque la enseñanza se incorpora con dolor. No hay dudas que el propio Martínez mejor que nadie sabe que lo de anoche fue una lección que deberá sumarle a su capítulo de campeón y que le deja como conclusión que para mantener a los 38 años el nivel que es capaz de desarrollar no se deben dar ventajas de ningún tipo, por lo cual tendrá que estar en plenitud física de aquí en más ante los próximos retos.
  Maravilla Martínez organizó la fiesta, la gente la disfrutó, vivió un hecho sin precedentes y aunque el fallo fue polémico el argentino conserva el cinturón y esa felicidad es compartida por todos los argentinos.

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